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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

El documental de Pino Solanas, "La próxima estación."

El documental de Pino Solanas, "La próxima estación."

Hubo un aire enrarecido anoche mientras los espectadores en el cine Gaumont esperaban ver el último documental de Fernando "Pino" Solanas, "La próxima estación," un trabajo excelente sobre uno de los más grandes saqueos que ha habido en Argentina... Es que seguramente todos los espectadores sabían, por experiencia propia, el lamentable estado de los trenes: las demoras, los vagones rotos, la violencia...y sabían además que a pesar de la "privatización" el servicio ha ido de mal en peor. Lo que tal vez no sabían era que, como insiste Solanas, los trenes siguen siendo propiedad del Estado, es decir, de todos los argentinos.

"¡Qué barbaridad! ¿Cómo puede ser?"  protestaba una señora a la salida del cine. Otros espectadores se fueron en silencio, meditando sobre las espectaculares escenas de vagones de lujo rotros y abandonados, estaciones de gran belleza en el más completo estado de colapso, jueces que daba a entender que no sabían nada sobre las monumentales maniobras de corrupción...

En La próxima estación Solanas, director además del documental "La hora de los hornos," pone el enfoque sobre el largo y complejo proceso que llevó el esplendor de los trenes argentinos al saqueo, al abandono, al desguace y a situación actual, al borde de la desaparición de un sistema esencial de transporte.

"Los trenes se privatizaron porque daban pérdidas. ¿Pero los servicios públicos están para dar ganancias o para servir a la comunidad? ¿Deben dar renta las escuelas o los hospitales públicos? Hoy los ferrocarriles cuestan 3 millones diarios y funciona el 20 por ciento de los que teníamos antes", dispara el director en off. La así llamada "privitización" en realidad se realizó mediante contratos a empresas privadas, cediendo los derechos de uso a empresas que además recibían y siguen recibiendo subsidios millonarios.

El documental no se queda simplemente con el tema, social y político, pues tiene una muy buena estructura, excelente filmación y hay momentos de humor y escenas de la vida cotidiana argentina que hacen que el espectador pueda conectarse rápidamente con el tema.

Solanas aparece en Próxima como un gran reportero recorriendo historias, ideas y propuestas de los hombres que le dieron vida al sistema ferroviario nacional. Esas charlas —informales, aunque tienen gran valor sociológico y antropológico— funcionan como viajes dentro de viajes: al hablar, los entrevistados y el director recorren enormes espacios donde hubo talleres, estaciones, trabajo, vías, vidas y ahora, nada. Solanas recorre además temas actuales, como el tren bala o Aerolíneas. Y otros: el robo millonario de viejos materiales ferroviarios (alguien habla de ferricidio) y el estado lamentable de los servicios. Incluso muestra imágenes de violencia contra las máquinas, pero opina que la furia debería tener otro destino, porque los trenes son propiedad del Estado: "Pero nadie puede defender lo que no sabe que le pertenece", reflexiona. En otros tramos, encara a funcionarios —del sistema judicial— y los deja mal parados, a lo Michael Moore, con menos narcisismo.

El documental invita el espectador a preguntarse el por qué de semejante saque, pues no sólo fueron desactivados el 80% de las vias bajo el impulso del gobierno de Carlos Menem, sino miles de pequeños pueblos se derrumbaron, miles de personas tuvieron que immigrar a las ciudades....

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