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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

Un 9 de julio con las personas en situación de calle

Un 9 de julio con las personas en situación de calle

     Primero, los tambores alrededor de una pequeña fogata. Es el 9 de julio, fiesta argentina, independencia nacional del colonialismo español. Un gran número de gente en situación de calle escuchan atentamente, aplaudan, bailan, hablan animadamente, charlan y discuten sobre sus experiencias. Recostado sobre el tronco de un gran árbol, en Barrancas de Belgrano, Buenos Aires,  un cartel lo dice con total claridad: la calle no es lugar para vivir. Otro cartel dice que dar una frazada a una persona en situación de calle es como darle un abrazo.

 

 Médicos Sin Fronteras calculan en 10.000 las personas que apenas sobreviven en las calles, plazas y rincones de Buenos Aires. El gobierno de la ciudad, con Mauricio Macri a la cabeza, pretende que no hay más de 1.000. Que sean mil o cinco mil o diez mil o más, son demasiadas personas durmiendo y viviendo apenas en las calles.

 

    La temperatura de apenas unos grados no impedía la llegada de personas de todas las edades, pues se habían anunciado la proyección del documental de Pablo Ciancio, “Mutantes urbanos,” un fascinante trabajo que traza un panorama de la vida en la calle a partir de los protagonistas, los habitantes de las calles, que muestran sus rutinas, explican cómo han llegado a la calle, sus dificultades en conseguir siquiera algo para llenar la panza, sus deseos y aspiraciones, su condición humana.

 

    No es vida para nadie, llegar a la calle con 20 pesos en el bolsillo, sobrevivir de alguna manera, tratar de mantener la dignidad, soportar el miedo, el llanto, la incomprensión de la sociedad, el recuerdo de las familias, la vergüenza. La cámara en realidad no hace más que mostrar lo que cualquier residente de la ciudad puede observar: gente tapada con alguna vieja y gastada frazada en las cercanías de la Casa Rosada o del Congreso nacional, levantándose temprano con sus pocas pertenencias (no pueden quedarse de día) para buscar comida o trabajo.

 

     Horacio Avila aparece como una especie de vocero de los sin casa, y contradice la malicia de quienes desprecian y teman los habitantes de la calle, acusándolos de delincuentes of vagos. Horacio dice: “Nosotros queremos volver a tener la vida que teníamos, queremos volver a tener los derechos que nos corresponden, los constitucionales, los humanos, queremos volver a ser personas. En este momento no somos tratados como personas. Somos tratados como basura. Y nosotros no somos basura.”

 

     Tienen que mentir muchas veces, pues tal como indicó un hombre, nadie le da trabajo a nadie que dice vivir en la calle. Entonces, tienen que inventar una dirección legal.

 

    En el comedor comunitario de la Facultad de Psicología, en donde cada uno tiene que esforzarse para que el comedor funcione, nació la ONG Proyecto 7, fundada por Horacio, cuya función principal es conseguir los medios para que personas en situación de calle puedan emplearse.

    El director del documental trabajó sobre muchos casos, pero en casi todos hay puntos en común. Muchos llegaron a la calle, por ejemplo, luego de perder el trabajo, a veces por problemas familiares, como efecto de la crisis, y una vez en la calle es muy difícil volver a la vida “normal.” Por eso, el título del documental: ellos mismos se llaman a si mismos mutantes, pues tienen la sensación de experimentar una transformación.

   Contacto: http://proyecto7bsas.blogspot.com

    La casi total diferencia de la sociedad, del gobierno, de las instituciones, hace que van decayendo de a poco, adaptándose por necesidad de una forma de vida totalmente indigna. Sin embargo, muchos de ellos quieren y luchan por salir del pozo, quieren volver a tener casas, vivir con sus familias, trabajar, forjar un futuro, quieren amar y ser amados como cualquier ser humano.

  

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