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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

Uno se despierta y el dinosaurio no se ha ido todavía...

    Tal vez el mejor cuento super breve del mundo dice: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí." (Augusto Monterroso). ¿Qué estaba haciendo el animal prehistórico a una distancia tan cerca? ¿Por qué no se había ido? ¿Por qué no había devorado al probre protagonista? ¿Cuántas cosas pueden pasar mientras el sueño nos mantiene los ojos cerrados? ¿Por qué hay tantas cosas que, teniendo dos ojos, no podemos ver?

    Es que, al leer la información sobre el presupuesto militar del ganador del premio Nobel de la Paz, uno no puede dejar de compartir la sensación del protagonista del cuento de Monterroso. A ver. Washington habla contra el uso de la energía atómica para fines bélicos. Pero la  Casa Blanca invertirá en su arsenal nuclear 5000 millones de dólares a lo largo de los próximos cinco años, según mccclatchy.com. ¿Y el dinosaurio?

    El presupuesto que Barack Obama ha enviado al Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica es aproximadamente 17 veces superios a los de China y Rusia sumados, dos de sus  rivales en el escenario mundial. El primero de Febrero Obama pidió para 2011 $10.700 millones de dólares para las operaciones de "ayuda" para el desarrollo que realiza los Estados Unidos en Irak, Afghanistán y Pakistán, un aumento considerable sobre el año anterior--a pesar de la crisis financiera. ¿Y el dinosaurio?

     Es decir, a pesar de la crisis de las finanzas, a pesar de las protestas contra la guerra en los E.E.U.U. y alrededor del mundo, a pesar de la poca posibilidad de "ganar" una guerra de estas características a corto plazo, el presupuesto sigue en aumento, como también las muertes de personas en las trincheras, y de civiles caídos en este conflicto sin fin. ¿Y el dinosaurio?

     ¿Alguién puede recordar de alguna fecha más o menos extendida cuando La Casa Blanca no participaba de alguna guerra, alguna invasión, alguna guerra "preventiva," cuando el presupuesto del Pentagono dejaba de crecer, cuando se empleaba el presupuesto militar para edificar escuelas e hospitales y mejorar la vida de los más postergados en los Estados Unidos o alguna parte del mundo? ¡Y el dinosaurio?

     No es difícil llegar una conclusión ingrata: a pesar del premio Nobel de la Paz, a pesar de todo lo que pueden hacer los hombres y mujeres alrededor del mundo, el presupuesto del Pentágono va a seguir creciendo. Lo dicho no justifica en nada las acciones de quienes también emplean armas para intentar conseguir por la fuerza lo que no pueden por otros medios. Pero el dinosaurio quiere saber hasta cuándo los homo sapiens van a seguir matándose entre sí.  

   

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