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Eugenio Barba: "A mis espectadores." Un libro fundamental para actores y espectadores.

Eugenio Barba: "A mis espectadores." Un libro fundamental para actores y espectadores.

 “El actor—el núcleo insustituible del teatro,” dice el fundador del Odin Teatret, ”es una unidad fisiológica que durante la función se comunica con los espectadores mediante una actividad física. Los procesos psíquicos y cerebrales son en gran medida procesos fisiológicos concretos con los que el actor elabora modelos de acciones físicas y sonoras. De ahí la necesidad de entrenar, disciplinar y controlar el cuerpo para que se someta a la voluntad del actor.”

 Eso dice Eugenio Barba, un teórico teatral ineludible, en “A mis espectadores,” un fascinante libro que cuenta los 40 años de experiencia del director con Odin y con la ISTA (International School of Theatre Anthropology). El libro consiste en artículos desgranados en los diversos programas del Odin Teatret, y desnuda el corazón apasionado del director por el arte teatral, por la escritura y por la vida.

Barba ha viajado por todo el mundo con sus actores, dictando conferencias y semanarios y sobre todo observando y aprendiendo de las culturas, los cantos, los bailes, los rituales y las costumbres de las diversas sociedades que ha conocido. Su visión del teatro insiste en el "entrenamiento continuo y sistemático" del actor. "El entrenamiento no se puede ver como un espacio fijo y cerrado, sino como algo que cambia permanentemente con los cometidos y el desarrollo del actor."

Es un entrenamiento muy rigoroso: "...se realiza individualmente--cada actor por su lado--en períodos de trabajo de no menos de tres horas seguidas sin descanso." Pero "para nosotros no es importante la repetición mecánica de movimientos fíjos, sino la improvisación continúo con el propio cuerpo. El actor juega, hace malabarismos con él, lo usa como un útil escénico, como si fuera un compañero de juegos, lo examina como a un pasaje, debe aprender el alfabeto de sus procesos físicos de tal manera que pueda controlarlos y no ser esclavos de ellos."

Sus viajes y contactos con las diferentes culturas alrededor del mundo le ha hecho cuestionar algunos aspectos de la cultura occidental. "Al contrario de lo que sucede en Oriente, habría que preguntarse por qué en la tradición Occidental el actor-cantante se ha especializado separado del actor-bailarín, y, a su vez el actor-bailarín se ha especializado separado del actor-intérprete."

Indaga no solamente sobre el trabajo del actor, sino también examina el papel del espectador. "Permitirle al espectador descifrar un historia no significa descubrir el ’verdadero sentido,’ sino crearle la condición para que pueda interrogarse acerca del sentido. Se trata de desnudar los nudos de la historia, aquellas puntas en las cuales los extremos se abrazan."

Y dice con mucha claridad que "cada acción teatral, cada figura, cada personaje vive contemporáneamente en dos universos diferentes: el espectáculo del cual forma parte y el cuerpo del actor. Por un lado el personaje pertenece a un vasto conjunto, a un mundo de relaciones, un contexto, una historia que establece su a nivel objetivo; por el otro su comportamiento, cada fragmento particular de acciones se inserta en los músculos y los nervios del actor y de la actriz en el ritmo de su actuación y de su pensamiento."

Hay en su concepto del trabajo actoral una especie de unión profunda entre lo físico y lo mental. "Me interesa la danza profunda, oculta en cada actor, cuando su presencia es eficaz. Me interesa descubrir las hondas de un ritmo y de una acción potente que queda absorbida en la profundidad del cuerpo aun cuando éste se mueve con pequeños gestos, o permanezca aparentemente inmóvil, o no haga nada que rompa con la reconocible quietud del comportamiento ’normal.’"

Se pregunta cúando una acción es real. "La acción es real cuando compromete todo el cuerpo, cuando los más pequeños movimientos tienen sus raíces en el tronco y nacen de él, cuando cada acción no es de una parte, de una mano, de los ojos o de la boca que habla, sino de la entera unidad cuerpo-mente. Es a esta integridad y unidad del organismo-en-vida que l lamo ’danza.’"

Las ideas de Barba son de gran interés no solamente para actores, sino para todas las personas comprometidas con la creatividad, como así también las personas que estudian las culturas humanas y se preocupan por conservar el vasto conjunto de valores autenticamente humanos. 

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