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Espectáculo de Jorge Paladino sobre el secuestrado sindicalista mecánico René Salamanca

Espectáculo de Jorge Paladino sobre el secuestrado sindicalista mecánico René Salamanca

El 24 de marzo, el día del golpe militar de 1976 en Argentina, el muy respetado dirigente de los obreros mecánicos de Córdoba,René Salamanca, fue secuestrado y llevado prisonero a un centro clandestino de detención. Se supone que luego de los agravios, torturas y abusos el militante obrero fue fusilado por no aceptar dejar el país y la lucha de sus compañeros.

En la versión teatral de Jorge Paladino, Salamanca se reencuentra con frases de un obrero comunista de Praga, Juluus Fucik, por ejemplo: "Hemos vivido por la alegría, por la alegría hemos ido al combate, y por la alegría morimos. Que la tristeza nunca sea unida a nuestros nombres."

En el espectáculo dirigido por Derli Prada, esas palabras le servían al sindicalista preso a fortalecer su ánimo, incluso a dar batalla por la libertad del hombre.

Es siempre difícil montar espectáculos sobre personajes políticos de gran gravitación, más en Argentina cuando se trata de la vida de un sincicalista, ya que los espectadores siempre tendrán diferentes conceptos personales sobre la personalidad del protagonista.

No obstante "Salamanca" se basa en una muy sólida estructura teatral y actores de gran oficio--Miguel Dedovich, Alberto Clementin y Alejandro Szadurski. Salamanca se encuentra torturado y apenas conciente en el piso de un lugar de detención. Ha sido detenido no por actos de subersión; más bien por sus luchas en favor de la democracia sindical y la justicia social.

Nadie, ni su propia famila, sabe dónde está--algo que enfatiza el comandante que le indaga. Está totalmente solo. Su única "arma" es el silencio. Sabe que su vida muy probablemente terminará, que no podrá hacer nada para salvar a su familia, tampoco sus compañeros. Si no lo quiebra en la primera indagatoria, será en la segunda. El oficial dice todo muy claramente: "No soy asesino. Soy soldado de la Patria." Luego le ofrece al preso un trato que en realidad es una trampa: lo dejará en libertad si acepta ir al exterior. Significaría traicionar los ideales del preso, perfidia hacia sus compañeros y su familia. Le dice no al oficial y es fusilado.

En todo el proceso de indagatorio, la figura de Julius Fucik funciona como una especie de fantasia, un eco en la conciencia, que le permite a Salamanca llegar al final sin perder su dignidad.

Contactos:

Centro Cultural Raíces

Agrelo 3045 (entre La Rioja y Urquiza)

Cap. Fed. Tel: 4931-6157

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