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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

¡Que frío! ¿Qué hacer? ¿Un café "filosófico?"

¿Qué hacer un gélido sábado a la noche en Buenos Aires? ¿Ir a la cama, soñar e imaginar viajes a paraísos tropicales? ¿Comer sollozando solo en un boliche? Leer Cortázar en el café Tortoni.

¡Ah! Los ojos de Rodolfo captan el anuncio en un mail: ¿un café filosófico? No, basta de filosofía. Mejor ir al teatro. Lástima, un pariente de una de las actrices tuvo un percance. Entonces: ¿qué hacer? Bah. Eso de café con filosofía: ¿cómo será? Una entrada de Kant, plato principal de Nietzsche, a lo mejor un postre Carlos Marx. Bueno, no era exactamente un filosofo, pero…

Frío había incluso en el salón lleno de rostros metafísicos, sillas en un círculo perfecto, (¿tendría la geometría que ver con la filosofía?), alguna mesa con café y galletitas, pero…¿la cena? ¿Chivito, a lo mejor, vino rosado, una torta de manzanas recién sacada del horno…? Nada a la vista. Filosofamos, entonces. Habilidades sociales para comunicarse mejor. De eso hablaba la señora filósofa que organizaba el evento. Los gestos. ¿Qué tono de voz conviene? ¿Qué estrategias comunicacionales usamos en el laburo,  en el ámbito social, en el amor?

Rodolfo dormía, moría de hambre, imaginaba la cena que no llegaba y se preguntaba si eso de las habilidades sociales para comunicarse mejor tenía algo que ver con la filosofía. Todo terminó bien pasado la media noche y la panza de Rodolfo rezongaba fuerte. Alguna lejana neurona en su cabeza pudo rescatar una definición de la filosofía: “el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la ética, la belleza, la mente y el lenguaje.”

¿Entonces fue un café filosófico o…? ¿Y la cena? En fin. A lo mejor los filósofos viven comiendo galletitas con café.

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