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Rubén Pérez: juegos y actividades artísticas en la atención a personas con capacidades diferenciadas

Rubén Pérez: juegos y actividades artísticas en la atención a personas con capacidades diferenciadas

Sí usted se encuentra algún sábado cerca de la calle Monteagudo al 800, en el barrio porteño de Parque Patricios, seguramente le va a llamar la atención la existencia del “Hogar de Cristo Padre Alberto Hurtado,” un centro de día que entre otras actividades, tales como atención a las adicciones, ofrece atención a los jóvenes con capacidades diferenciadas.

En una entrevista reciente con Jaquematepress, Rubén Pérez, explicó que el juego y diversas actividades artísticas pueden ser utilizados con mucho éxito para mejorar las perspectivas de los jóvenes que sufren una disminución en su capacidad psicomotriz.

--¿Hace mucho tiempo que comenzó el trabajo con los jóvenes en el Hogar de Cristo?

--Hace más o menos dos años, cuando comencé a estudiar para operador psico-social especializado en adicciones.

--¿Después inició el trabajo con los jóvenes con capacidades diferenciadas?

--Sí. En realidad fue a través de un encuentro casual. En principio me desempañaba como acompañante terapéutico (AT) en el Hogar de Cristo, un centro de día en el barrio de Parque Patricios especializado en adicciones. Ahí tenía que acompañar a un joven que se llama Julio Amado, pues padecía una disminución en su capacidad psicomotriz, producto de un golpe en la cabeza que le hizo perder gran parte de la masa encefálica, lo que derivó en graves problemas motrices y pérdida del habla. Con él comenzamos a practicar ejercicios físicos basados en juegos; también con elementos tales como pelotas, aros, una soga y una colchoneta.

--¿Notaste que respondió bien a la propuesta de juego?

--Desde luego. Cambió absolutamente su predisposición y comenzó a divertirse, y eso me motivó a mí a seguir investigando y a él a comprometerse con mis propuestas. Pronto apareció una rutina de trabajo que consistía en dejar de lado la silla de ruedas para comenzar a valerse por sus propios medios. El proceso de recuperación partió de la inmovilidad completa para avanzar a la silla de ruedas, luego el andador, para terminar actualmente con un bastón.

--¿Mejoró su capacidad de habla?

--Mediante los juegos aparecieron los sonidos que Julio empleaba para comunicarse conmigo. Esto dio lugar a asociar sonidos con elementos, por lo que surgió un nuevo lenguaje asociado.

--Imagino que luego llegaron otros jóvenes con problemas similares…

--Sí, claro, y yo comenzaba a dar más forma a mi trabajo con ellos. El Hogar de Cristo entendió la importancia de este trabajo y entonces nos brindó la posibilidad de mostrar nuestro trabajo en público, a modo de ejemplo para otros jóvenes.

--¿A usted le parece entonces que los juegos y las actividades artísticas son actividades aptas para avanzar en la recuperación de personas discapacitadas?

--Por supuesto. Todas las actividades artísticas, desde teatro, danza, la plástica, la música…todas estas actividades son herramientas potenciales para estimular la regeneración; no se trata de recomponer pero sí se puede generar nuevas sensibilidades. El juego y los ejercicios lúdicos facilitan un proceso por el cual los sentidos dañados dan paso a otros nuevos.

--¿Qué aporta para usted como persona esta experiencia de trabajo con los jóvenes discapacitados?

--Yo creo que aporta enormemente ya que uno entra en contacto directo con ellos y sus problemas, dándonos cuenta de que la discapacidad física no implica una discapacidad emocional. Al contrario son personas con una fuerte vida emotiva.  Además, en esta sociedad sufren de mucha discriminación social y por lo tanto ejercicios y actividades que hemos desarrollado los ayuda a reinsertarse socialmente.

Hogar de Cristo “Padre Alberto Hurtado”  Monteagudo 862, Parque Patricio, de lunes a sábado de 10 a 18 horas.   

 

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