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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

Las palabras nos matan y nos salvan...

Las palabras nos matan y nos salvan...

                                                         Las palabras nos matan y nos salvan.
                                                              No podemos vivir sin ellas.
                                                                        --Nélida Pinñon--

     --Yo leo a mi mamá a la noche y le traigo de la escuela libros para que lea el domingo. Mamá trabaja con papá en la fábrica y tengo 6 hermanitos. Yo les enseño a leer y también a mi primo de 5 años. El se ríe cuando le leo Pinocho.

     --Son palabras de Nancy, una niña de 8 años, que cursa el 3er grado de la escuela N° 254 de Montecarlo, Misiones, Argentina. Su testimonio, recogido por integrantes de la Fundación Leer, parecen sugerir un mundo al revés que busca en la palabra escrita su alma perdida.

      Para los niños argentinos—al igual que en casi todos los países en vias de desarrollo—el hábito de lectura es más la excepción que la regla. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, relevamiento anual 2001, los niños no leen más de un libro por año, el 17% de la población del país es analfabeta funcional y el 2,8% analfabeta total.

     Con el objetivo de contribuir a revertir esta situación mediante el fomento del hábito lector, fue establecida en 1997 la Fundación Leer, cuya directora ejecutiva, Patricia Mejalelaty, charló con esta revista sobre las dificultades y desafíos de la tarea.

     --¿Cuáles fueron las circunstancias que dieron lugar al establecimiento de la Fundación?

     --Fundación Leer fue creada en 1997 con el objetivo de contribuir, desde el
sector privado, a dar respuesta a uno de los aspectos fundamentales del
proceso educativo de los niños y jóvenes: la formación del hábito lector.

     --¿Cuál es la situación actual de la lectura en Argentina?

     --Hay 3.531.579 argentinos que nunca terminaron la educación primaria, es decir, una tercera parte de la población, e integran la categoría de analfabetos funcionales. No tienen la capacidad de comprender lo que leen, ni de expresarse con claridad tanto en forma verbal como por escrito. La falta de calidad educativa se refleja año a año a través de los frascasos masivos en la Universidad, ya que son carentes de conocimientos mínimos. Además, hay casi dos millones de niños (1.908.384) que nunca asistieron a la escuela. Considerando los alumnos inscritos, el 44.6% repite de curso. Cada año 68.374 niños entre 6 y 11 años abandonan la escuela y de ellos el 43.7% abandonan la escuela para poder trabajar. Los datos indican también que el 41,8% de la población mayor de 15 años no completó nunca la primaria y el 67% no completó la secundaria. Si hablamos de los analfabetas funcionales, son el 17.5%; el 2.8% es analfabeta total. Como promedio el niño lee apenas 1.3 libros por año.

     --¡Cifras impresionantes! ¿Cómo trabaja la Fundación para revertir la situación?

     --Nuestra tarea se centra en la promoción de lectura destinada a niños desde el nacimiento hasta los 18 años. Nuestra experiencia en este rango de edades
nos dice que es esencial disfrutar de la lectura. A partir de allí,
comienzan a surgir inquietudes, intereses y posibilidades de progresar. El mundo de los libros abre un enorme abanico de oportunidades.

     --Entonces fomentar la lectura abre otros horizontes...

     --Así es y además la puerta de ingreso debe ser el placer por leer, no una imposición. Por otro lado, “a leer se aprende, leyendo.” Entonces, mientras más
oportunidades tenga el individuo de leer y de encontrarse en situaciones
placenteras de lectura, más posibilidades tendrá para afianzar logros y continuar avanzando en relación a la lectura.

     --¿Cúales sectores sociales son los más receptivos a su trabajo?

     --La fundación ha trabajado en sectores de vulnerabilidad social desde el comienzo ya que éstos son los que mayores dificultades encuentran para acceder al material de lectura, tanto en la escuela como en los hogares.De la misma manera en estas comunidades los adultos no siempre son modelos lectores ya que en su gran mayoría son analfabetos o analfabetos funcionales (personas que no usan cotidianamente la lectura y la escritura y se la
olvidaron). Queremos que los niños que no tienen acceso a libros ni a situaciones placenteras de lectura puedan acceder a ella.

     --¿Qué tipo de trabajo realizan con las personas discapacitadas?

     --Tratamos de brindarles a los alumnos en las escuelas especiales herramientas útiles. Por ejemplo, para niños ciegos se mandan a hacer libros en braile para que participen también de “Rincones de Lectura” y puedan llevárselos a sus casas y continuar disfrutando de la lectura. Asimismo hemos implementado programas para aquellas personas que se ven privadas de su libertad por estar cumpliendo una condena. Por ejemplo, el programa LIL proporcionó estrategias de promoción de lectura a un grupo de madres que cumplen su condena junto a sus hijos.

     ..¿Y con los presos?

     --También Fundación Leer ha implementado programas para aquellas personas que se ven privadas de su libertad por estar cumpliendo una condena. El programa LIL proporcionó estrategias de promoción de lectura a un grupo de madres que cumplen su condena junto a sus hijos.
      --¿Cuáles son los criterios que se emplean en la selección de materiales de lectura?
      --La clave es la variedad. Cada edad tiene sus propios intereses, por ello los libros de nuestros programas son seleccionados por cada comunidad teniendo en cuenta, gustos e intereses de los niños que van a hacer uso de ellos.
Nuestros programas están alineados con los objetivos de un país alfabetizado. Siempre, cuando lanzamos un programa nuevo, informamos a las autoridades educativas, mantenemos buenas relaciones, participamos de la mesa de educación solidaria.

     Luego Patricia volvió a mencionar el trabajo que la Fundación está realizando en Montecarlo, Missiones, donde el 50% de los padres son analfabetos. Sucede a menudo que los niños lleven la alfabetización al hogar y enseñan a sus padres a leer, como pasa con Nancy, según Alicia Ledesma, Vicedirectora de la escuela Nº 254. La maestra de Nancy explica que la niña tiene un problema en la vista, cataratas. “Su mamá no quiere que traiga los anteojos a la escuela para que no se pierdan. Sin embargo, ella quiere leer. Luego de terminar su tarea se acuesta sobre los almohadones del ‘Rincón de Lectura’ y disfruta de los libros. Se esfuerza por comprender y cuando no entiende alguna palabra, pide ayuda a sus compañeritos.”

     Después Nancy cuenta a su maestra que “El libro que más me gusta es el del osito Pooh porque termina cuando el osito se casa con la osita.” Según la maestra, Nancy mejoró notablemente a raíz de los programas de Fundación Leer: “Le costaba leer, le faltaba fluidez y no escribía. Hoy no sólo disfruta del momento íntimo de la lectura sino que se apasiona por contar cuentos a sus pares y escribir sobre lo que leyó.” Además, es dueña de tres libros que guarda celosamente en su casa.

     La Fundación ha trabajado en Montecarlo desde 1997. Hasta la fecha ha implementado 51 proyectos en 24 centros, colaborado con sus programas en la alfabetización del 50% de las escuelas de la zona y la Escuela Nº 254 ha recibido durante los tres años del programa 4651 libros nuevos de literatura infantil y juvenil, de los cuales 2189 fueron llevados a casa por los niños.

     Ruth, la maestra del primer ciclo, dice que la escuela ha cambiado, pues los niños han mejorado mucho con la ayuda de la Fundación Leer, tienen más interés, son más audaces y menos cohibidos, hablan de libros y autores con naturalidad e intercambian y comparten libros. Comenta que la repitencia bajó: antes hubo entre ocho a 10 repitentes por año, mientras hoy sólo dos o tres en el primer ciclo.

     La Fundación es una ONG y acepta la colaboración de volunarios que quieran ayudar en la campaña en favor de la lectura. Quienes desean comunicarse con la organización deben dirigirse a:

                                   Fundación Leer, Cerviño 4407, 1º piso, C1425AHB, Buenos Aires
                                                             Tel: (5411) 4777-1111 int. 105 y 106
                                                                    Web: http://www.leer.org.ar

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