El teatro burgués
¿Será cierto eso que dicen, eso que dijo algún bardo barbudo, que todo el mundo es el escenario, que no hace falta más que un sólo espectador para producir ese milago que se llama teatro? Que no hace falta tener luces, ni decorados, ni cortinas, ni altoparlantes, ni muebles, ni críticos teatrales. Con un actor y una idea dramática basta y sobra, con una actriz que sepa transformar palabras y/o acciones en eventos transcendentales, basta y sobra.
Estas ideas primitivas van dando calor a tu conciencia, mientras vas caminando por la calle Humberto Primo, en San Telmo, Buenos Aires, y súbitamente tus ojos descansan sobre una pintada con las expresión "teatro burgués." ¿Qué será? ¿Es posible hablar de un teatro burgués, un teatro proletario, un teatro negro, un teatro homosexual, un teatro...es decir, un tipo de teatro que no pone el sudor y el sufrimiento del actor en el escenario como finalidad única? Está bien, cambalache, hoy día todo tiene su precio, todo se vende, paquetes de colores variados, contenidos sellados, encerrados...nada es lo que parece ser, mentiras, robos, torturas, normal, la vida de Susana Giménez, las reglas del juego...
¡Pero por favor! ¿No te das cuenta? Pensá en esas obras que hablan de la soledad, del individualismo, que sé yo, "La muerte de un viajante," "My Fair Lady," ¡ah! "El conventillo de la paloma..." esta obsesión con la dicción, con los valores de "occidente..." ¡Basta! Ya tengo la cabeza llena de hormigas. ¿No es que el actor debe tomar distancia, comprender sus personajes desde un punto alejado de la realidad? ¡Vamos payaso! ¡No sabés que en Roma a menudo mataban a los esclavos que "actuaban" en los escenarios? ¡Que la mayor parte de los espectadores son actores, estudiantes de actuación, madres, padres, primos, esposos, amantes de actores! ¿Que eso es precisamente el teatro burgués? ¿Y el proletario? Es un excluído de las bondades del capitalismo. No tiene ni tiempo ni medios económicos para estudiar teatro.
De repente, desde los bordes de la pintada saltan a la calle unas figuras que podrían haber sido hechos de papel descartado, de cartones, cajas, botellas de plástico, y con las manos extendidos y cruzadas, casi como el Buda, murmuran: "una moneda...una ayudita...¡por favor!" Tenés unas monedas en tus bolsillos pero igual apurás tu paso, pues estás pensando en esa frase pintada en la pared...teatro burgués...¿qué será?
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