Diego Iorio: "Meto mano forjando metales..."
El alboroto, el calor, las luces y sombras de Buenos Aires, en fin, un mundo desquiciado y de repente, sobre la avenida de mayo, frente al bar Tortoni, un choque de hombros. Es decir, un roce de hombros de hombres confundidos.
--¿Diego?
--Soy yo.
--Encantado...Usted es Diego Iorio, el escultor?
--Sí, claro, acabo de salir de mi guarida y nos chocamos...
--¡Qué sorpresa!
--Un choque de amigos.
--¿De amigos? ¡No me digas! ¡Entonces te conozco! ¿Puedo hablarte así, como si fuéramos amigos
--¿Por qué no?
--Me parece que sufro de amnesia...¿quién sos?
Diego es así: frontal, sin vueltas, cara juvenil insertada en un rostro que pudo haber sido moldeado por algún gran maestro; pelos rubios salvajes, ojos pícaros, una sonrisa vivaz recorre su cara, un humor que contagia. Mi propósito es hablar de los trabajos en hierro que Diego arma en su taller. Pero vaya uno a saber por qué las reglas de la comunicación nunca se cumplen. Hace veinte y pico siglos el hombre descubrió la palabra y no obstante cuesta incluso hoy encontrar la frase justa para cada situación. Será por lo que sea, pero...
--Veo que tenés algo con el color verde, verde, verde tu camisa, verde tus ojos...todo verde, como en la poesía de Neruda...
--¿Y tu barba? ¿Quién sos? ¿Moisés?
--En realidad, yo juego el papel de reportero.
--Y yo cambio de papeles a cada rato. A veces estoy sentado frente a la computadora, después cambio de roles y meto mano con el hierro forjando personajes grotescos.
--¡Sos Díos!
--No, solamente escultor...hace alrededor de cinco años...
--¿Es duro trabajar con el hierro?
--Tiene sus altibajos, chispazos, humo, delantal con protección para no quedarte estéril, máscara...pero tiene su atractivo, que en mi caso es la mecánica de ensamble de las piezas y la velocidad con que se trabaja. No son moldeadas. Tengo una gran cantidad de piezas en mi taller y entonces voy juntándolas para luego ensamblarlas.
--Como Dios.
--Ja! Ja! Lo que yo hago es dar un nuevo uso a las cosas que fueron abandonadas, e las doy un nuevo nombre, capaz que ahí está lo divino ¿verdad?
--He visto algunos de tus esculturas. Tienen algo. Alma, quizás.
--Es cierto. Tienen mucha fuerza.
--¿Cómo es tu forma de trabajar? ¿Tu trabajo surge a partir de un concepto?
--No. Generalmente es un trabajo más libre. La técnica que yo empleo me permite trabajar de esta manera, es decir, rápidamente, ensamblando las piezas, soldándolas, enganchando una pieza con otra y de este modo voy armando la estructura, juntando cada una de las partes. En la medida en que voy avanzando van apareciendo insinuaciones...
--Imagino que antes de comenzar a trabajar hay tiempo para practicar Zen o Yoga o...
--¡Un whiskacho y a meditar! Hay todo un proceso mental en el cual uno va elucidando cosas y bajándolas en un cuaderno, por ejemplo, en el cual voy anotando ideas que pueden tener formas de esculturas, dibujos, intervenciones o puestas en escena...
--¡Qué bueno!
--A su vez con gente amiga estamos pensando armar un proyecto grupal, donde se expongan ideas y se materialice un proyecto...Recientemente estuve en un proyecto grande que se llamaba "Interrupción," con el respaldo del empresario Héctor Narváez...
La conversación se interrumpe. Pasa delante de la mesa una mujer de lujo, con perfume importado, y su presencia impone un extraño silencio. ¿Entre ella y la escultura qué hay? Nada. Mucho. ¿Quién sabe? ¿Se ha visto alguna vez una hermosa estatua caminando? ¿Una estatua que escribe, que trabaja en un centro de investigación científica...
--Estamos bien ubicados no?-dice Diego. Y...estamos sentados en una mesa de mármol blanco frente al baño de mujeres. ¿De qué hablábamos? ¡Ah! Sobre las formas? Esa gente quería armar un centro cultural nuevo.
--¡Momentito! Estoy perdido. ¿Con qué gente?
--La gente de "Interrupción," un grupo de gente joven, de plata, y querían armar una nueva gestión cultural en la cual las empresas estarían involucrados en la actividad cultural. Entonces, ellos querían armar una obra de teatro que los identifique. Fue entonces que gestamos una idea y la empezamos a materializar hasta que Narváez cerró la canilla de dinero y murió el proyecto.
--¡Entonces, aparte de la escultura sos un actor de Hollywood!
--¡Sí, un actor de revista! ¡Hago can-can también!
--¿Quiere decir que has llegado a la escultura a través de la actuación?
--Caminos precisos no, pero de todos modos cualquier tipo de expresión artística siempre me ha atraído. Eso sí: para trabajar como artista uno necesita dinero. Por ende surgió la necesidad de elegir un oficio para subvencionar mi actividad artística, pues sin un padrino o alguien que te respalde no se puede. Sin eso, mucho no se puede hacer. Y bueno, para mí era el diseño gráfico. Hice la carrera. Es corta. Se remunera bastante bien y me permite tener bastante tiempo libre: un combo que me deja más tranquilo.
--¿Trabajás en tu casa?
--En Maschwitz.
--¿Mas cuánto?
--Ing. Maschwitz
--¿En Alemania?
--¡Sí, vengo todos los días de Alemania a mi casa en Ing. Maschwitz!
--¡Lindo viaje!
--Un viajecito. Además hay un proyecto: nos juntamos con Marco y Javier, un poeta y un pintor, y con otros dos amigos que trabajan muy bien y la idea es formar un grupo para proponer diferentes proyectos.
--¿Por ejemplo?
--Una idea es armar una bicicleta impresora. Es como un triciclo que tiene un eje atrás donde habrá una especie de receptáculo con tinta y va a imprimir letras y frases en la calle. Va a producir un gran impacto, seguro. Empezamos la idea con Javier el año pasado, en mi taller, pero no pudimos solos, así que formamos un grupo. Ya hay gente que sabe más sobre los aspectos técnicos y se hace más viable.
--Treinta por ciento escultor, treinta por ciento inventor...¿y el otro treinta por ciento?
--¡Máquina sexual! ¡Ojo!
--Entonces estás a favor de la educación sexual.
--No me parece que exista una técnica especial...para hacer el amor...
--De todos modos parece ser muy apasionante trabajar con el hierro...
--Es que todo lo expresivo tiene que ver con el amor. Soy artista pero sinceramente no me veo como pintor, escultor o lo que sea...Estoy trabajando con alguna idea o expresión para ver qué cosa puedo hacer y con qué medio desarrollarlo. No me quedo anclado en una técnica. Igualmente aprender una técnica es difícil y requiere tiempo.
--¿Hay muchos artistas trabajando con hierro?
--Tuvo su época. Hubo un precursor, Anthony Smith, que empezó a trabajar en los años '70 y acá fue Miguel Romano, un tipo bastante soberbio, que no me quiso dar clases. Me tuvo todo un día tomándome examen de cuánto sabía de escultores, de tango y cuán bien le cebaba los mates. Al final me dijo: 'Bueno pibe, no voy a poder tenerte pero traerme tus bocetos para que te los corrija...' Lo bueno de esto es saber que hay millones de posibilidades, y no queda otra que probar. Creo que el primer vuelco lo da la idea en sí y esta depara al material y la forma de cómo trabajar. Una vez que la idea está, hay que encontrarle el medio y la forma para llevarla a cabo, pudiendo ser a su vez que la idea en sí sea ya una obra terminada.
--Imagino que trabajando con el hierro has tenido algunas experiencias de hierro...¿rompiste una pierna, por ejemplo, por un hierro que cayó encima?
--No pero me robaron una escultura una vez, en una fiesta.
--¿Una escultura robada en una fiesta?
--Sí. Una amiga me preguntó si pudiera poner una escultura en un espacio grande para su cumpleaños y al día después de la fiesta fui para buscarla y no estaba. Me la habían robado. Se ve que gustó. Me la robaron directamente. Nada de cuánto sale, me la robaron directamente.
--¿La recuperaste?
--La estuve rastreando durante un mes y al final apareció.
--Bueno, son cosas que pasan. ¿No? En fin...
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