En San Telmo las paredes hablan en silencio
Estaba allí, a la vuelta, sobre la calle Perú en San Telmo. El tumulto de los coches y motos me complicaba la audición y retumbaban en mi cabeza, pero de golpe la ví: una pintura que cubría la pared, no lejos de una pequeña plaza pérdida. Ella me llamó. Avancé, tímido, inseguro. Me habló:
--Ustedes son todos iguales.
--¿Perdón?
--Bueno...casi. Algunos me miran como si fuera yo un caso raro; otros me ignoran totalmente. No sé cuáles son peores.
--Está bien, pero yo no soy como los demás. Eres una pintura hermosa. ¿Te puedo filmar?
--No sé...a lo mejor entonces la gente me mirarán de otra manera.
--¡Seguro!
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