Boca ganó perdiendo (una opinión sobre el arte de perder ganando)
Es raro perder y ganar al mismo tiempo. Un pensamiento simple quiere que los hechos sean en blanco y negro. Buenos y malos. Noche y día. Hombre y mujer. La guerra y la paz. Bush o los terroristas. Pero...¿qué es eso de confundir ganar con perder? ¡Por favor! De todos modos en Argentina la lógica griega se estudia, a veces, rigorosamente en el colegio pero no siempre se aplica en la vida de todos los días.
Sucede que en vísperas de Navidad, el equipo del Club Atlético Boca Juniors, dirigido por Carlos Ischia, se adjudicó el Torneo Apertura...perdiendo 1 a 0 ante Tigre, pues ganó el angustiante trangular final entre Boca, Tigre y San Lorenzo... gracias a perder por un único y solitario gol de Tigre. Debido a los cálculos basados en los empeños anteriores en el tornero, Tigre tenía que ganar con dos goles para quedarse con el trofeo.
En el bar de la esquina de Bolívar y Estados Unidos la victoria de Boca no mereció ni un grito, ni un abrazo, ni un estornudo, ningún beso de novios, ningún matrimonio roto a garganta caliente. Los clientes simplemente terminaban sus cervezas y sus vasos de vino Toro Viejo tinto...y se fueron a buscar los restantes pedazos de sus vidas.
Ganar o perder, ése es la cuestión... En la esquina con la calle Defensa, en el barrio de San Telmo, un hombre con cara de ex monje budista le dijo a su compañero: "¡Qué quieres que haga...¿festejar la llegada de River Plate al último lugar en el ranking?" En su alrededor no hubo nadie con valor suficiente como para contestar la ironía. (River es el rival tradicional de Boca y representa otra dicotomía argentina.)
Retomamos la discusión sobre ganar y perder al mismo tiempo. ¿No sucede en realidad con gran frecuencia en nuestras vidas y en la política que una pérdida se traduce en una ganancia? Bush pensó que había ganado la guerra contra Irak hace tiempo ¿verdad? Uno pierde los lentes y aprovecha la oportunidad para comprar un par mejor. El hombre llora y patalea el piso durante meses porque ella lo abandonó...y luego se submerge en los brazos de otra princesa. Entonces, sin mencionar a Platón, uno puede sonreir y exclamar: "¿Qué me importa ganar o perder si puedo salir mejor parado habiendo sido derrotado?"
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