Cuba a través del documental de Carolina Silvestre, "Hechos, no palabras."
Hubo tanta gente pidiendo entradas el miércoles para ver el documental de Carolina Silvestre, "Hechos, no palabras. Los derechos humanos en Cuba" que se tuvo que agregar otra función en el Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires. Es que durante décadas los grandes medios de comunicación han reflejado fielmente la posición de los Estados Unidos sobre la situación de los derechos humanos en la isla, de modo que se ha puesto un prisma ideológico sobre el asunto. Entretanto, otras ópticas han sido difíciles de conseguir, más cuando el bloqueo económico mantenido por Washington ha complicado la tarea.
Se sabe sin embargo que las prohibiciones siempre inspiran la curiosidad.
La documentalista argentina Silvestre tomó el tema desde un punto de vista más amplio, es decir, desde lo social, político, cultural; la situación de los detenidos, los discapacitados y realizó una meticulosa investigación, incluyendo alrededor de 80 horas de grabación de material, abarcando entrevistas con funcionarios, presos y gente en la calle. El resultado: una película que muestra una realidad totalmente contraria a la que aparece en los grandes medios de comunicación. Quizás el único punto débil del trabajo ha sido el tratamiento de quienes se oponen a la revolución.
Si bien es deseable que los derechos humanos sean observados y protegidos con celo en todas partes del planeta, la realidad es otra. El mundo es testigo lamentable de incontables y obscenas violaciones de los derechos a lo largo y ancho del globo. Sin embargo, llama poderosamente la atención que mientras las grandes potencias sermonean sobre los derechos humanos y el deber de respetarlos, a menudo ellos mismos los violan.
Un ejemplo son los bloqueos comerciales y económicos, pues quien sufre sus efectos no son los gobernantes, sino la gran mayoría del pueblo. El ejemplo más claro es el bloqueo que ha dejado a Cuba encerrado durante décadas…pero también se ha empleado bloqueos contra Irak, y Gaza…con anticipación de intervenciones militares al estilo de “guerras preventivas.”
Cabe preguntar entonces si debemos considerar a los derechos humanos como derechos universales del hombre o si son derechos respetados o no según la conveniencia política de cada situación. ¿Bloquear el ingreso de productos básicos como medicinas y comida no representa una violación de los derechos humanos?
Hasta muy poco los Estados Unidos abusaba abiertamente de los derechos de los presos retenidos por terrorismo en Guantánamo con la excusa de que se tenía que usar "métodos fuertes" de interrogación para salvar vidas. Durante décadas militares de todo el mundo han sido becados para estudiar en escuelas militares en los Estados Unidos, en los cuales se enseñaba técnicas de guerra contra-subversivas que incluían métodos abusivos de interrogación, y en el pretexto de la llamada “Guerra Fría” se aplaudía o apoyaba a dictadores o regimenes anticomunistas como los en Chile, Argentina u otros países... en base a la noción de que los fines justifican los medios.
Es cierto que actos de terrorismo dirigidas contra civiles o inocentes constituyen graves violaciones de los derechos humanos… pero…¿Cómo debemos calificar a los bombardeos “inteligentes” que matan o hieren a civiles? ¿Los asesinatos de dirigentes políticos, sindicales o religiosos? El mundo tiene un largo camino por correr y son pocos los países que respetan plenamente los derechos humanos.
Silvestre grabó unas 80 horas de material con entrevistas a funcionarios cubanos, intelectuales y ciudadanos comunes, tomando tema por tema. Por ejemplo, los cuestionamientos de que en Cuba no hay elecciones libres. En los países no socialistas se toma como norma la exigencia de partidos políticos que competen por la presidencia o la representación en la legislatura. Una de las críticas que se hace a Cuba en efecto es la existencia de un solo partido político. En la película funcionarios cubanos explican que consideran que un sistema en el cual los partidos reciben grandes aportes económicos de poderosos intereses económicos no es democrático. En cambio afirman que en Cuba existe una democracia muy participativa, en la cual el Partido Comunista no interviene directamente, pues los candidatos surgen de asambleas realizadas en los barrios.
En el documental la cineasta argentina muestra la situación de las cárceles para mujeres, también para hombres, y destaca los relatos de los presos que afirman que el trato es bueno, participan en programas de reinserción social, trabajan, estudian y reciben capacitación laboral. Igualmente, destaca que los discapacitados participan en programas de capacitación para su inserción social.
No obstante, habría que agregar que en el documental el tratamiento de quienes se oponen a la revolución parece superficial. Si bien es lógico asumir, como afirman varios funcionarios, que la oposición recibe dinero y apoyo del exterior, hubiese sido interesante incluir las opiniones de quienes no tengan ningún lazo con fuentes políticas o económicas del exterior pero mantienen posturas críticas al régimen. Seguramente los hay, pues en todos los países del mundo existen personas contrarias a sus gobiernos.
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