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Abelardo Castillo habla con estudiantes de historia sobre el

Abelardo Castillo habla con estudiantes de historia sobre el

    Tiene voz bien entonada y habla con gran seguridad, humilde y a la vez comprometido con la palabra. Abelardo Castillo, autor de muchos libros, poesías, ensayos, fundador de la revista "El grillo de papel," luego "El escarabajo de oro," luego "El ornitorrinco," dice: "no soy un escritor, soy un hombre que escribe." Un médico puede colgar un cartel que dice "médico," pero un escritor no lo puede o no lo debe hacer.

   Ha sido invitado a participar en una entrevista pública en el marco del 2° ciclo de Historia Argentina III B, en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires. ¿Cómo llegó a ser escritor? Es la primera pregunta. No sabe. A lo mejor uno no llega a ser escritor, más bien se trata de aceptar algo que va presentándose en las entrañas. En todo caso, "creo que lo que lleva un hombre a la estritura es la lectura."

   El tema del "compromiso" del escritor, que aparece fuertemente con J.P. Satre y también con J. Cortázar, no es fácil de abordar. Pero Castillo piensa que no es al anunciar su ideología que un escritor establece un compromiso. Es más desde la escritura misma, el compromiso con ella y la honestidad con la cual el escritor trabaja.

   Para Castillo: “Un intelectual no es alguien que piensa, ya que un ajedrecista piensa todo el tiempo y no es un intelectual”. Distinguió entre dos tipos de intelectuales, según su relación con el poder: “el intelectual tradicional, explicó, trasmite las ideas de la clase dominante; pero hay otro intelectual, el que dice no, y difunde otras ideas para influir sobre la gente con ideas distintas y contrarias al sistema”. Recalcó la necesidad de que los intelectuales se comprometan con la política, no solo los escritores, sino también los docentes, los estudiantes, los psicólogos, los médicos, “porque todos ellos también son intelectuales y deben reflexionar sobre la visión del mundo que ellos tienen y que trasmiten”.

   ¿Y las utipías? “Yo no creo en las utopías. La gente llama utopía a lo que en realidad son proyectos, esa palabra es un invento de la derecha, yo por el contrario creo que el socialismo es posible y que además es necesario”
 

   Sea como fuera, Castillo es un hombre de izquierda, independiente, indominable, un crítico social que siempre ha buscado su aliento en las luchas populares, más que en las teorías. Por ejemplo, responde a los críticos de derecha que intentan poner en un mismo vaso a Hitler y Stalin. No, dice Abelardo. Los fascistas emplean la tortura y el maltrato como eje de su sistema; en cambio, los terribles abusos que hubo bajo Stalin representan una desviación cruel del socialismo.

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