¿Más ciencia ó una cortina de humo?
Según datos dados a conocer por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la República Argentina, el presupuesto nacional e internacional en ciencia aumentó en 86% entre 2008 y 2010, pasando de $1137 millones de pesos a $2.115.730.407. No estamos en condiciones de confirma las cifras pero es bien sabido que hace largo rato la ciencia en Argentina ha estado en terapia intensiva.
De acuerdo a los optimistas anuncios, el 25 de mayo próximo saldrá al aire además el primer canal público dedicado a la ciencia; se afirma por otra parte que 793 científicos han sido repatriados, se ha firmado 11 convenios internacionales con Perú, Austria, el Reino Unido, Alemania y España y en la actualdad hay 2124 proyectos de investigación científica. Un becario científico gana en promedio $5.100 pesos y los investigadores $10.894.
En un país historicamente habituado a la "fuga de cerebros," que se debate entre el consumerismo aplaudido por los países capitalistas "avanzados" y la lucha por los espacios de poder de una dirigencia política que todavía no ha podido elaborar un proyecto de país, un mayor interés en la ciencia, en el pensamiento científico y en el pensamiento crítico no podría dejar de ser saludable. Pero habría que replantear muchas escructuras sociales-económicas-académicas para dar lugar a nuevas formas de pensar, desde la medicina hasta la técnologia, la ecología, la física y la antropología.
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