Santos Lugares lucha por mantener su identidad frente a la construcción de edificios altos y antiestéticos
La voracidad de quienes construyen edificios altos y antiestéticos en barrios tradicionales en Buenos Aires y áreas suburbanas parece no conocer límites. Sin embargo los vecinos no se dan por vencidos. Un caso emblemático es lo que sucede en Santos Lugares, en los alrededores de la Iglesia de Lourdes, cuya armónica arquitectura ha contribuido durante décadas a forjar una fuerte identidad barrial.
Frente a la basílica, sobre la calle Pio XII, una empresa insiste en construir un edificio que dará a los dueños del último piso una visión directa de las cúpulas de la iglesia, superando largamente los límites legales establecidos por la municipalidad.
Por la misma calle pero al otro lado de la avenida La Plata dos edificios más también parecen no conocer los topes establecidos para la construcción de edificios altos: superan seis pisos cuando las normas fijan un máximo de cuatro pisos.
No obstante, y a raíz de las quejas de los vecinos de Santos Lugares por la cantidad de construcciones altas, la Municipalidad de Tres de Febrero finalmente ha aceptado modificar el código de planeamiento urbano en las manzanas delimitadas por la Avenida Rodríguez Peña y las calles Almafuerte, San Carlos y Neuquén.
Según la ordenanza 3085, que entró en vigencia a fin de febrero, no se puede construir edificios de más de 15 metros de altura, es decir, no más de cuatro pisos. Sin embargo…¿qué pasará con los edificios que ya superan el límite, con los que están todavía en construcción?
En realidad los integrantes de la Asociación de vecinos de Santos Lugares querían que el máximo fuera de 11 metros y por lo tanto mandaron una carta documento al Gobernador Daniel Scioli pidiendo “la protección del valor histórico, arquitectónico y cultural del santuario.” La idea sería insistir en la Municipalidad para que el límite se baje a 11 metros y que el sector se extienda de tres manzanas a las seis que circundan la Iglesia.
Actualmente están en construcción cuatro edificios altos, de los cuales uno es de cuatro pisos, dos de seis y otro, finalizado, de cinco pisos—con entrepisos, lo que lleva su altura a 30 metros en zonas clasificadas residenciales por la misma municipalidad, por lo que no es posible construir más de tres pisos. ¿Qué motivó estas excepciones desmedidas?
Con cerca de 2.500 firmas, los vecinos afirman que la intención es conservar el espíritu barrial cuando ellos se mudaron para vivir allí, o cuando nacieron en los alrededores: es decir, casas bajas con jardines, tranquilidad y sin problemas relacionados con los servicios.
Es previsible que al multiplicar el número de edificios altos se intensificaría en el futuro problemas relacionados con un aumento en la basura en la calle, el saneamiento y la provisión de agua y electricidad…
La construcción de edificios altos de poca calidad y de una estética estridente en Santos Lugares y áreas similares se debe al apetito de empresas inmobiliarias de aprovechar el momento favorable de la economía argentina para lograr importantes beneficios.
Lamentablemente, dichas inversiones pocas veces toma en cuenta los intereses de los vecinos. Por ejemplo, si Usted tiene una simpática casa con jardín y de golpe emerge en frente un edifico de 20 metros, una sombra puede oscurecer a su dormitorio y ya perdió la tranquilidad que tenía antes de juntarse en su jardín con amigos y familiares, ya que sus actividades estarían a la vista de los habitantes del edifico alto.
Con las nuevas construcciones el aspecto estético de su calle y de su barrio cambió para siempre. Luego de luchar durante años para poder construir una casa, o comprar una casa sólida y cómoda para recibir sus amigos y familiares, de repente todo se modificó. ¿Qué habrá pasado con el valor de su propiedad? ¿Qué habrá que hacer con los sueños y memorias de su infancia? ¿Cómo enfrentar una estética barrial totalmente ajena?
Es notable que debido a las características de una economía capitalista la inversión fluye hacia aquellos sectores capaces de pagar lo que hace falta para conseguir una casa propia, en tanto que no es rentable para las empresas de construcción edificar casas humildes para los sectores de ingresos bajos, pues carecen de ingresos suficientes. El resultado está a la vista: construcciones caóticas que no toman en cuenta la estética de los barrios y una crisis de vivienda cada vez más acentuada en los sectores marginados de la sociedad.
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