Marthónica de poesía y narrativa de Mar de Ajó
El viento sopla suave, parece hablar en verso. El señor entra en el Hotel Latinoamericano de Mar de Ajó, su cabeza rumiando, su cuerpo levemente tensionado. Ha estado aquí antes. Quiere repetir la experiencia. ¿No es cierto que para aprender uno debe repetir una y otra vez? Hasta llegar a aquel momento mágico cuando la repetición tome la forma de un acto creativo.
--¡Qué tal hombre! ¡Tanto tiempo! ¿Cómo vamos con las letras?
Es el 7 de noviembre, 2012. Ha comenzado la Marathónica de Poesía y Narrativa de Mar de Ajó, a los 20 años de la muerte del poeta René Villar (1964-2008). Con sueño en los ojos, gran expectativa en el corazón, los escritores se acercan al hall central para iniciar la primera lectura de sus obras. Es bueno escuchar a los compañeros escritores, palpar sus mundos, dejar navegar la mente por sus creaciones.
Llega un médico que se hartó de los hospitales, y volcó su energía a la literatura. “La Prosa y su Ritmo” es el nombre del taller de Mauricio Moday. Es cierto. La creación en todas sus formas y disfraces exige ritmo. Una frase se conecta con otra mediante una velocidad calculada en base al relato. El escritor propone las pausas, los momentos más dinámicos; al leer en voz alto el lector encuentra su propio ritmo.
¡Hay tantas actividades! Imposible mencionar todas. Susana Rozas, viuda de René Villar, habla sobre “la poética oculta de René Villar: el gran escritor parece abrazarla, está ahí, estoy seguro, está en el alma de Susana. Su memoria sobrevuela el hotel. A los 20 años de su desaparición otros toman su lugar: se encuentran todos los años en Mar de Ajó y en Bahía Blanca. Son sus hijos literarios.
A no pasar por alto el taller de Liliana E. Agüero, escritora y artista plástica: “Materia y color en el arte del collage.” ¿Desde la pintura al verso, del verso a la pintura?
Cuando los escritores no están leyendo sus obras, cuando no están participando en talleres, van y vienen, conversan con compañeros, se abrazan, preguntan, se forman pequeños grupos de amistad, toman café, sus ojos brillan. Otros presentan libros. En una mesa esperan poesías, panfletos, libros que piden ser leídos. Uno que nos llamó poderosamente la atención: “P82. Crónica de una desaparición y el despertar del alma,” de Giustino Carrea:
“Hoy, exactamente a veinticinco años de mi secuestro,” explica en la nota del autor, Giustino Carrea, “tiene mi alma la necesidad de volcar en estas páginas treinta y ocho días de vida entre el infierno y los hombres y el cielo de la fe.” Torturado brutalmente, Carrea pudo sobrevivir para contar su historia.
La creación literaria es un juego, si bien exige investigación, práctica, conocimiento profundo del tema que corresponde, manejo de la lógica, saber cómo conjugar palabras, ritmos; como construir personajes, revelar sus entornos...
Estimado lector: ¡Habrá visto los escritores saltando, riendo, cantando, bailando, inventando historias…en un taller pensado para estimular la creatividad!
Poco antes del final del encuentro un participante dramatizó versos del escritor Humberto Costantini. En “Declaración jurada” el escritor dejo claro que:
“La poesía y el cuento me sirven a mí para no macanear. De eso estoy seguro. Para ser auténtico, humildemente, trabajosamente auténtico. Contar como veo, como siento algunas cosas, tratar de que alguien las vea y in pretender enseñar ni adoctrinar, ni contrabandear ideas.”
Sería imposible mencionar a todos los trabajos de los escritores que participaron en el encuentro. Terminamos la nota con estos versos de René Villar:
Certeza:
Mi glándula
de la inmortalidad no
segrega ningún
Sueño, excepto
una alucinación
Abrigada
de mujer.
Indeleble:
Sombras
Que se inclinan
Una y otra vez en
La caverna
Ancestral
De mis diluvios
Anteriores, para
Lavar la lepra
Indeleble
Del amor
Del aquel rostro
Eternamente
Adolescente.
1 comentario
Eliane -
Gracias Alfred...