Blogia
Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

Claudia Cristina Collinet, bailarina: "Se puede aprender de las cosas más pequeñas, observar una planta, un niño..."

Claudia Cristina Collinet, bailarina: "Se puede aprender de las cosas más pequeñas, observar una planta, un niño..."

A los tres años de edad el cuerpo de Claudia Cristina Collinet ya comenzaba a bailar y desde entonces la danza ha sido su acompañante constante y fiel. Cuando se mueve sobre el espacio pareciera que las leyes de la física hubiesen dejado de existir, como si sus huesos fueran músculos y sus músculos resortes; genera una energía a la vez potente y suave. Hablamos con ella el mes pasado en Mar de Ajó, durante el Marathón de poesía y cuento, luego de una presentación de la bailarina con un grupo de sus alumnas. Su gran amor por el baile y por el cuerpo se expresa también en su profundo interés por lo que le rodea y por la condición humana.

--¡A los tres años comenzó a bailar!

--Sí, danza clásica, española, danzas folklóricas. No era que gustaba tanto la danza clásica, pero mi madre me mandaba y luego cuando tenía diez años seguía pero iba incorporando otros aspectos que me interesaba. Es que aún a esa edad tan tierna se ve que no me quedaba conforme con el tipo de danza muy estructurada y buscaba otra cosas que iba apareciendo a través de los ensayos.

--Entonces, ibas encontrando su propio camino artístico…

--Sí, exacto, y hacia los 18 años comencé a conocer aspectos como la coreografía, trabajando con video clips, y poco a poco llegué a imponer mis propias ideas. Años mas tarde conocí a María Fux, con quien he estado formándome desde 2003.

--¿Cómo llegaste a María Fux?

--Seguía buscando mi propia forma de expresión. Hace más o menos diez años comenzaba a trabajar con discapacitados, y ha sido una experiencia muy intensa. No es que yo los buscaba, sino me buscaban a mí, iban integrando mi taller. Sin haber trabajado antes con personas discapacitadas, les abrí la puerta. Pero al mismo tiempo sentí la necesidad de saber más. Se hacía un encuentro de integración por el arte organizado por la provincia de Buenos Aires y me invitaban a participar en el encuentro que se realizó en Mar de Plata. Tuve entonces la oportunidad de conocer a Maria Jose Vexenat, discípula de María Fux y de ese modo pude conocer la metodología y el amor con que ella trabaja. Pensaba: ’¡esto es lo que quiero!’

--Su forma de bailar parece decir que el cuerpo y la mirada tienen palabras.

--Es que la mirada es el primer contacto del ser humano. En cada encuentro--no son clases, son encuentros, porque no se enseña--es un encuentro entre todos, entre quien dicta y quien participa y a partir de allí suceden las cosas; cada encuentro es totalmente diferente. La mirada, el contacto, todo lo que nos rodea, todo lo que el ser humano vive es material de trabajo. Lo que sucede a diario en la vida es el verdadero motivo de trabajo en los encuentros.

--A pesar de sus limitaciones, sus alumnos parecen entender a la perfección las pautas del trabajo.

--En realidad son personas tan abiertas, tan ávidas de recibir; su capacidad de dar es inagotable. Reciben en la misma forma en que dan. En el caso de Teresita y Sabrina, ellas están conmigo desde hace 10 años. Entonces, hay un vínculo establecido y de allí nace lo que se vio en la presentación. Fue una improvisación sobre un tema. No hubo absolutamente nada marcado.

--¿Y la mirada?  ¿Es el punto de partida?

--Sí, reconocer al otro. Saber que el otro está. Este tipo de trabajo nos obliga a buscar en el interior nuestro cosas que están por nuestra naturaleza; no es que unos lo tienen y otros no. Es entrar y bucear en el interior de cada uno. En el trabajo con sordos se trabaja mucho con la imagen. Ellos trabajan la melodía a través del dibujo, una línea, un punto que va marcando hacia donde se va.

--¿Cómo bailarina experimentada todavía hay cosas que se puede descubrir sobre la danza?

--Sí y espero siempre encontrar cosas nuevas que se puede ir profundizando. Se puede aprender de las cosas más pequeñas, por ejemplo, observar una planta, un niño, un adulto, un anciano.

--¿Tiene alguna rutina de entrenamiento?

--No. Trabajo y vivo a pleno cada día. Cuando cocino disfruto de ese momento. Cuando me muevo, disfruto del movimiento. Trabajo con mis alumnas, sigo formándome, porque es algo que uno tiene que hacer siempre.

--Con María Fux. ¿Cómo es estudiar con ella?

--Cuando conocí a María Fux me pareció una persona encantadora y que tiene mucho por dar. En la medida que uno la va conociendo, quiere mamar todo lo que ella puede dar. Es un honor y privilegio recibir la metodología de la fuente misma. Maria Fux me enseñó a danzar de verdad.. También uno quiere protegerla, para que pueda seguir dando…

Contactos: Claudia Cristina Collinet              Te: 02257 15612802                 e-mail:   claudiacollinet@hotmail.com 

 

 

 

 

 

6 comentarios

ANDREA NAZARENA COLLINET -

BUENO ES HERMOSO LO QUE ACES Y TE ENCANTA SOS UNA GRAN BAILARINA Y ME ENCANTARIA LLEGAR A SER COMO VOZ CON MUCHO AMOR TU SOBRINA TE AMA Y APESAR DE LA DISTANCIA ESTOY CON VOS.

paula (alumna) aurora (mama) -

seño me encanta todo lo que haces, y lo que me enseñas cada dia, sos una gran persona, segui adelante por todos los chicos que te necesitan y siempre tene ese brillo en tu cara hasta el 2009 te quiero mucho paula

susana -

En tu escencia hay algo muy especial que no es común encontrarlo hoy en muchas personas. La sensibilidad y el apacionamiento por lo que haces, creo que son tu mayor virtud. Ojalá no pierdas nunca la motivación y encuentres quien te dé el valor que realmente te merecés.Un beso grande. Susana

maria -

Diosa!, Claudia es una compañera de ruta increible y apacionada `por lo que hace. Te admiro y respeto muchisimo.

silvana -

es la garra que le pones y el entusiasmo de cada dia que admiro de voz, me enseñastes muchas cosas y una de ellas es expresarme con mi cuerpo y lo mas importante con mi corazonn!!!gracias clau muy buena nota

Gustavo Tisocco -

He visto a Claudia en el encuentro de Mar de Ajó que nos brindó junto a sus alumnas la maravilla de la vida.
Un abrazo enorme y buena nota, Gus...