"Compañeros de ruta," de Eduardo Calvo, una experiencia escénica única

Desde antaño el teatro ha sido un juego, una especie de espejo juguetón y mágico mediante la cual los seres humanos han podido distraerse de la existencia cotidiana. Con el paso de los siglos el hecho teatral ha ido asumiendo formas más pre-establecidas. En su espectáculo “Compañero de ruta,” el actor argentino Eduardo Calvo parece volver a las raíces, incluso rompiendo la barrera artificial que separa los “artistas” de los espectadores.

La concurrencia no entra en una sala oscura a la espera de observar una acción en el escenario. Calvo aparece y habla directamente, en forma casi familiar a los espectadores, solicitando a asistencia de una persona dispuesta a acompañarlo. Puede ser hombre o mujer pero tendría que asistirlo durante la función.

Es un juego algo peligroso para un actor sin mucha experiencia en el arte de improvisar. Si bien hay un “guión” en la mente de Calvo—trabajado a la perfección y con mucha fluidez de acción y palabra—lo que puede suceder depende mucho de las repuestas que el compañero/a da a las propuestas del actor.

¿Cómo inducir el o la acompañante a responder de acuerdo a las necesidades escénicas y narrativas? ¿Cómo hacer para cuidar al acompañante para que no pase miedo o vergüenza? ¿Cómo hacer para remodelar acciones y actitudes de acuerdo a las características de la acompañante y del público presente en la sala?

Mediante técnicas de improvisación el actor puede explorar personajes y situaciones y puede descubrir aspectos de la trama que nunca hubiera imaginado de haber trabajado exclusivamente con el guión escrito.

El personaje de Calvo es difícil de describir, una mescla de clown, actor, cuenta-cuentista y juglar, un humorista patético. Un ejemplo de su humor:  “El sueño me vence. Voy a ver si lo pago mañana.”

Alrededor del eje central del espectáculo aparecen diversas situaciones que Calvo maneja parodiando la realidad y la historia, incorporando el compañero de marras en un delirio de ocurrencias, un coya, una dama cortesana a punto de morir, un psicodélico de décadas pasadas, un bañista que estudia la letra en la playa de un musical titulado “Evito,” siempre con la asistencia del acompañante.

El público se divierte con las incongruencias de las situaciones y las repuestas, pero el quid está en la expresividad vocal y corporal de Calvo, especialmente la alacridad siempre cambiante de sus ojos.

Dirección: Eduardo Calvo y Pablo Angeli

Funciones: sábados 23hs Centro cultural de la Cooperación - Sala: Osvaldo Pugliese Av. Corrientes 1543 – CABA –

 Informes: 5077-8077  http://www.centrocultural.coop

Localidades: $ 70 (Descuento estudiantes y jubilados: $40)

Idea y libro:   Eduardo Calvo

Vestuario:     Federico Farías

Diseño de Escenografía:  Mariel Basso y Anahí Suray Veiga

Asistencia General:   Anahí Suray Veiga

Asistencia de Escena:  Gustavo Martín Romano

Comunicación visual:   CCC

Selección de Música:   Lisandro Calvo