Abajo el teatro burgués

     Acabas de ver "El Deseo bajo los olmos" de Eugene O'Neil en el Centro Cultural Cooperación, de la calle Corrientes, en Buenos Aires, con la dirección del veterano Raúl Serrano, un trío amoroso, Electra, la lucha por la herencia, el sexo como instrumento de poder, la matanza de una pequeña criatura en el contexto de una sórdida lucha por el poder, sin cuartel.

      En realidad, lo que más impresionó fue al final cuando en medio de los aplausos un chico de unos 10 años, hermoso, rubio, feliz, subió al escenario para abrazar a su madre, la actriz Alejandra Rubio, es decir, Abbie, que acababa de matar al niño de su amante, Eben, en el escenario...

      Y, paso a paso, vas transitando la ciudad hasta llegar al barrio San Telmo. En una de sus paredes, en la calle Humberto Primo, alguien ha escrito: "¡Abajo el teatro burgués!" ¿Y si fuera Eugene parado frente a la pintada? ¿No sería una cuestión de estilos, cómo decir las cosas, intenciones? Es cierto. Es una obra "realista." Con algo de la tragedia griega. Algo de King Lear. Poco de Freud. Mucho de un supuesto realismo escénico que no existe. En fin. Hoy, mayo de 2007, todo es fragmentado: el estilo, la política, el arte, el amor quizás, el futuro, la concepción de uno en una sociedad añorado el pasado, confundida entre un futuro nebulosa y un presente incierto....

      Entonces...............¡Viva el teatro carajo! Y listo.