Matías González Bongiovanni: "Pedro y el Capitán" logra despertar una profunda reflexión...
En el escenario se enfrentan dos visiones del mundo, dos hombres que en "Pedro y el Capitán" del autor Benedetti son el preso político brutalmente torturado y el oficial obsecuente a cargo de su interrogatorio. No son dos estereotipos robóticos sino un joven idealista que lucha por la liberación de su pueblo de una dictadura nefasta y un militar incapaz de escapar del pensamiento encuadrado de una estructura militar represiva, cruel y ciega, como los que abundaron en América Latina durante la década de los '70. La directora Mónica Bongiovanni. tomó la historia de Benedetti y la llevó al escenario porteño con Matías Gonzáles Bongiovanni. y Antonio Bax. Jaquemase se acercó a Matías a través de una conversación sobre el desafío que representó la puesta en escena de una idea tan sensible para el público argentino. --A pesar de su edad tan tierna, usted transmita mucha experiencia actoral. --Sucede que desde muy chiquito me gustaba actuar, y ya en la primaria participé en un grupo que dirigía mamá poniendo obras a fin de año. Sin embargo, como yo tenía muy buena cabeza por los números en un momento pensé en estudiar economía. Pero siempre tenía inquietud por el teatro, y cuando apareció la oportunidad comencé a estudiar. Descubrí que la actuación me apasiona y luego de algunos estudios previos entré en lo que antes era el conservatorio y ahora se llama la IUNA, el instituto universitario nacional del arte. --¿Es decir, encontró una forma de poner en práctica la pasión que descubrió? --Sí. Para mí el teatro es placer, estar en el escenario es una experiencia única. Habrá gente que no quiere ni subir al escenario por pánico, pero para mi es placer. Después uno puede hablar de las diferentes tendencias y escuelas de teatro pero lo esencial es la sensación de placer que el actor siente en el escenario. --Como en cualquier otro campo de actividad artística, hay muchas escuelas, tendencias… --La verdad, me siento cómodo en varias tendencias, no en una sola una. Me fascina la comedía, por ejemplo. Pero, claro, "Pedro y el Capitán" no es una comedía, es un drama. No es que rechazo alguna tendencia, como el realismo, pero el surrealismo agrega mucho vuelo poético. Además, el teatro es una actividad con una fuerte raíz social, es una herramienta más que interesante y necesaria, para hacer reflexionar al público, para tomar conciencia sobre las situaciones que ocurren. Pero, claro, cada uno tiene que saber cómo hacer para despertar el interés del público. El teatro debe hacerse cargo de su rol político. --Es decir, a pesar del cine, la tele, internet y las últimas tecnologías el teatro sobrevive… --Sí, para mí sigue siendo tan vigente como en cualquier otro momento. Como en otros aspectos de la vida moderna, hay mucha comercialización en el teatro, es la forma de destruirlo, minimizarlo o cooptarlo, pero también hay espectáculos contestatarios. --Hablamos de "Pedro y el Capitán." --Pedro es una obra hermosa. Me quedé muy impactado luego de ver la puesta hace unos 15 años hecha por mamá. Y me dije: "¡Cuando esté preparado Quiero hacerla!" --Los dos personajes son opuestos pero no se presentan como el bien y el mal… --No. No son el bien y el mal. Es un poco de estereotipo decir que el militar es un malo que no tiene ningún aspecto positivo. O decir que Pedro, por ser Montonero, por ser estudiante, tiene que ser el bueno de la situación. Es que el conflicto se plantea de tal manera que le hace reflexionar constantemente; le hace pensar también cómo ha cambiado el mundo (desde la época de las dictaduras de los años '70), es decir, todos los ‘Pedros’ de esa época, las ideas claras que tenían y sin embargo se contradecían también. Darnos cuenta como perdimos el compromiso político-social. Y eso se refleja en la sociedad. --De todos modos, en la puesta el oficial está dentro del sistema vigente y Pedro afuera… --Son dos personajes ubicados en dos polos distintos, cada uno fiel al estilo de vida que adoptaron. Al oficial porque le lavaron la cabeza, y Pedro por su deseo de conocer la verdad. Hay en todo caso una verdad de cada uno que la obra bucea con muchos matices. El oficial está metido en el sistema y necesita la confesión de Pedro, que tiene sus ideas tan claras que no se quiebra. Es muy duro el conflicto. Una lucha de ideas, de ideales y convicciones. Detrás están los familiares, amigos que no tienen nada que ver y que si, el oficial presiona a Pedro pidiendo sus nombres. --Curiosa ironía como en las dictaduras e incluso ahora en la guerra de los Estados Unidos contra el terrorismo se emplean abusos de los derechos para conservar los valores democráticos… --Sabemos lo que pasó bajo la dictadura militar en Argentina donde secuestraban y obligaban a los presos a dar datos sobre sus familiares y amistades. Pero nos avergüenza sentirnos parte, cómplice, aunque sea por callar, girar la cabeza y mirar a otro lado. --¿Qué tipo de recepción ha dado el público al espectáculo? --Hay un poco de todo, gente que se sorprende, otros que hablan de sus propias experiencias, otros incluso que ignoraron lo que pasó y han quedado impactados por el espectáculo. Pero de todos modos, Pedro es un personaje que suele caer bien ante el público. Incluso entre aquellas personas que no tenían ninguna simpatía por los personajes en la vida real como Pedro. --¿Vienen los espectadores con una idea preconcebida del espectáculo? --Algunos sí, otros no. Hay que entender que también todavía hay mucha ignorancia sobre el tema. Hasta en los lugares a los cuales hemos ido para buscar patrocinio ha habido gente que han preguntado sobre quién es Mario Benedetti..¡si era yo! Puede haber gente mal informado, pero sin saber quién es Benedetti, no, es raro. Lo bueno es que la obra logra despertar una profunda reflexión entre los espectadores. --Su personaje experimenta una gradual pero constante evolución en su actitud frente al capitán. --Durante los ensayos hicimos diferentes trabajos para encontrar los personajes. En las primeras escenas Pedro es muy callado y tiene muy pocos movimientos en el escenario. El desafío fue cómo trabajar todo esa situación en un espacio tan limitado. No puede ni pararse físicamente porque está muriendo, luego cómo trabajar la vista, las miradas entre los dos que hablan tanto del rol de cada uno; algunos de las actitudes también tienen que ver con el paso del tiempo; la quiebra corporal; la bronca; la locura; va transitando extremos que transitan el dolor, la angustia, la fragilidad, la toma de conciencia sobre lo que le va a pasar. Inversamente proporcional, mientras decae físicamente, se yergue psicológicamente, invierten los rolen de poder con el Capitan. Uno va encontrando siempre más elementos que explican el personaje y la situación planteada en la obra. Ahora, en el nuevo espacio teatral donde estamos presentando la obra, hay dos frentes. El cubo donde suceden las acciones está a un metro de la primera fila del público. Ese cambio de formato tiene afecta la actuación porque cambia la relación con el público. ¿Hubo algún momento durante los ensayos cuando tenía alguna angustia o confusión sobre cómo seguir? --Es que me he sentido muy apoyado por la directora, que es mi madre, que me guió muy bien para hacer el papel de Pedro…, Nunca me arrepentiría de elegirla como directora de "este" mi proyecto. --¿No era difícil trabajar con tu madre? --No, en absoluto. Para mí es hermoso trabajar con ella. Y aparte lo más lindo es buscar el personaje y con Mamá me divertí mucho en los ensayos. Hay gente que no entiende cómo puede ser esto de un hijo trabajando bajo la dirección de su madre, pero eso sí, si tiene que marcar algo me reta a mí tres veces más que a los otros. Va a ser duro el trabajo, pero el disfrute luego, también lo será, y que mejor que compartirlo con ella. Contactos: pedroyelcapitan@hotmail.com / m_a_t_y_s@hotmail.com / don_juantenorio@yahoo.com Críticas: http://www.Criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1 http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=985742&high=Benedetti
0 comentarios