Jublilarse, ser jubilado, haber sido jubilado, haber optado por la jubilación privada...
Hay todavía algunas sociedades, muy pocas y la mayor parte en sociedades que no han descubierto aún el díos mercado, que veneran a los ancianos por su experiencia de vida, por su sabiduría acumulada y por lo que significa estar en vísperas de la muerte. En cambio, las sociedades en las cuales se alienta el consumo conspicuo viven en la juventud y el “merchandising” y sus actividades apuntan a captar la voluntad de quienes no han experimentado aún la crisis de los sesenta años. No obstante, en Argentina y en todo el mundo existe una situación potencialmente muy explosiva respecto a la relación entre la mano de obra activa y la población pasiva y el aprovechamiento que los diferentes gobiernos y estados hacen de los fondos de los jubilados. (A continuar)
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