Me despertó el sonido de tiempos prehistóricos (un micro cuento)
La cama movía ligeramente, pues el hombre la castigaba con brazos y piernas. Dormía, soñaba, y de sus labios vociferaba sonidos imposibles de identificar. Un viento suave y cálido soplaba sobre el rostro agitado del hombre. Ayer cenó solo, acompañado por sus memorias mejor codificadas, tomó vino añejo, habló jocosamente con el mozo, anotó algo en su agenda y se tumbó exhausto entre las sábanas violetas. Lo que pasó después, o antes, o durante el sueño, sólo sabe el lector audáz, pues un hilo fino siempre forma un puente entre el pasado y el presente.
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