Saqueo y resistencia en América Latina a través un documental de Miguel Mirra
Tal vez en un momento de descanso el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se haya dedicado a la lectura detenida del libro de Eduardo Galeano, "Las venas abiertas de América latina," pues lo recibió recientemente de regalo durante su primer encuentro con los jefes de estado del continente, pero entre tanto el saqueo de los recursos minerales y humanos del continente americano al sur de Texas continúa mediante las "inversiones" de empresas multinacionales.
Con la cámara en la mano, y con la colaboración de realizadores en Méjico, Uruguay, Perú, y Paraguay, Miguel Mirra quiso hacer una especie de "homenaje" a Galeano a través del documental, "Los ojos cerrados." Nadie sabe si el testimonio del documentalista llegará a la Casa Blanca pero a pesar de las buenas intenciones de Obama, las empresas multinacionales no dejan de saquear--aunque, de acuerdo al trabajo del documentalista, ellas encuentran una resistencia cada vez más encarnizada.
Varias veces en el desarrollo del documental aparecen en la pantalla las palabras del escritor uruguayo, por ejemplo: "...aparecen los conquistadores en sus carabelas y, cerca, los tecnócratas en sus jets, Hernán Cortés y los infantes de marina, los corregidores del reino y las misiones del fondo monetario internacional, los dividendos de los traficantes de esclavos y las ganancias de la General Motors..."
Como si el tiempo no hubiera pasado, o pasó pero en vano, pues incluso hoy el centro de poder mundial mira atentamente a los ricos recursos en la zona: el petróleo, el agua, los bosques, la llanura, los campos sembrados de soja, las minas de oro y de plata, los nuevos monocultivos, las represas, las plantas de celulosa...
Se verifica en las denuncias del documental que el complejo sojero implica no sólo la deforestación obscena y la expulsión de los pueblos originarios de sus tierras ancestrales, no sólo se está produciendo un grave cambio en el entorno ambiental: las empresas incluso emplean químicos como gifosato, que constituyen un veneno para el medio ambiente, elementos que constituyen una grave depredación para resto de la vegetación y también para los campesinos y personas que habitan las zonas afectadas.
A través de un gran número de entrevistas con campesinos, intelectuales y otras personas que han sufrido el avance del capital multinacional, el cineasta intenta decir que el desarroolo económico de América Latina es cada vez más ligado a los capitales multinacionales que vienen al continente para extraer las minerales y demás materiales que necesitan para alimentar el sistema global liberado por ellos.
En el documental uno ve la América profunda, hombres y mujeres de tgrabajo, de lucha, campesinos y obreros sin teléfonos celulares, sin MP3, sólo con sus cuerpos sufridos, y ganas de defender su tierra, sus casas, sus niños. Es decir, en la medida en que las empresas multinacionales van sacando provecho de la situación, en estrecha alianza con líderes políticos y empresariales locales, el pueblo comienza a reaccionar para su defensa, formando regueros de resistencia.
Tal vez sea ése el aspecto más significativo del documental, pues ya se sabe cómo funcionan las empresas multinacionales (pidiendo la exoneración de impuestos, la libertad de emplear el subsuelo a su antojo, el retorno de la gran mayoría de sus ganancias a sus casas matrices, todo en el nombre del desarrollo...) Lo llamativo en todo caso es la coincidencia en las luchas de los obreros en todo el continente contra las prácticas de las multinacionales, en Esquel contra la contaminación, como así en México o en Perú o en Guatemala. Se está generalo la sensación de que la lucha es de vida y muerte, para los hijos de los obreros y campesinos, y para la conservación del medio ambiente, para lograr una economía sustentable.
Lo que el capital internacional llama "desarrollo," expresado a través de las políticas neoliberales del Fondo Monetario Internacional, y los llamados "beneficios" dejados por las empresas multinacionales, todo ello en realidad es simplemente un intento del poder central de organizar los recursos naturales y humanos del mundo a su antojo. Ya que ahora muchas de las mismas empresas están temblando por la especulación financiera, y necesitan aumentar aún más sus ganancias en los países de la periferia, especialmente en América Latina, cabe esperar una época de luchas cada vez más encarnizadas entre las multinacionales y los sectores directamente afectados por su desenfrenada búsqueda de ganancias. El documental es un punto de partida de mucho valor que apunta a ese futuro incierto en América latina.
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