La derecha, los medios, Obama y más allá...
La derecha, los medios, Obama y más allá… Se sabe que el poder real en Estados Unidos y América Latina está repartido en grupos tales como las empresas multinacionales, las agro-industrias, los medios de comunicación, las fuerzas militares y las jerarquías religiosas, entre otros sectores. El poder sabe que con el tiempo y a raíz de las luchas en la sociedad, es a veces necesario ir modificando sus métodos, pero tiene en claro que cualquier “cambio” sea para fortalecer a su poder, no disminuirlo. Algo de eso se ha visto en los Estados Unidos con la llegada a la presidencia de Barack Obama, con la intención de enfatizar la “negociación” en vez de la política de guerra preventiva del anterior presidente, George Bush. Sin embargo, resulta claro que el poder no está en manos del presidente…más bien en lo que el ex presidente D. Eisenhower llamó “el complejo industrial-militar.” Si bien en un primer momento Obama condenó el golpe militar en Honduras, hay razones para sospechar que sectores en el Pentagono y personas influentes en empresas vinculadas al país, y los sectores más recalcitrantes del Partido Republicano al menos aplaudían el movimiento que sacó del poder al presidente legal Manuel Zelaya. Además, Washington abiertamente abrazó las elecciones posteriores al golpe organizadas por la dictadura. Hay que recordar la larga historia de intervenciones norteamericanas en América Latina, especialmente durante la “Guerra Fría,” cuando numerosos militares—incluso de Honduras—fueron entrenados en los Estados Unidos en técnicas de contra-insurgencia, guerra sicológica e incluso con técnicas fuertes de interrogatorio. Con la reactivación de la Flota en aguas latinoamericanas, un fuerte incremento en la participación militar del Pentagono en Colombia y el movimiento golpista en Honduras muchos políticos y observadores latinoamericanos sospechan que la intención es presionar a los gobiernos no conformistas de la zona a través de métodos que van desde el golpe “cívico-legal” de Honduras, a campañas en los medios de comunicación y el rescate de figuras de derecha capaces de ganar en elecciones a los políticos de centro-izquierda. No quiere decir que la mano de Washington esté en todos lados, pero sí los intereses comunes entre los grupos conservadores locales, las multinacionales y el concepto general sobre el mundo globalizado que empuja el poder en los Estados Unidos. En este contexto, no ha de causar sorpresa la reacción de los medios de comunicación y la oposición ante el reciente cambio de la composición del Congreso Argentino: “La oposición tomó el control” de la Cámara de Deputados (Clarín) o “Tras la dura derrota en la Cámara de Diputados, la oposición lanza fuerte advertencia a Néstor Kirchner.” (La nación) Las expresiones “tomó el control” y “lanza fuerte advertencia” tienen un claro eco paternalista. En 1976 las Fuerzas Armadas “tomaron” el poder en Argentina con el claro guiño de Washington. Cuando no existía libertad de prensa bajo la Junta Militar, se publicaron numerosas “advertencias” a quienes resistían o se oponían a la dictadura. (A continuar)
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