"Woyzeck," un espectáculo perturbador sube al teatro Delborde en Buenos Aires
El Capitán le advierte al soldado: “Despacio, Woyzeck, despacio; cada cosa a su tiempo. Me mareas. ¿Qué voy a hacer con los diez minutos que te van a sobrar hoy’ Woyzeck, deberías pensar que todavía te quedan tus buenos treinta años de vida. ¡Treinta años que son 360 meses, con sus días, sus horas y sus minutos! ¿Qué quieres hace con toda esa monstruosidad de tiempo? Tienes que distribuirlo, Woyzeck.”
Woyzeck: ¡A sus órdenes, mi capitán!
La obra inconclusa del joven dramaturgo Georg Büchner, muerto con apenas 24 años, es sin duda una de las más inquietantes del teatro moderno. Escrita en 1837, ha sido entendido como una especie de adelanto de lo que sucedió 100 años después en Alemania bajo el nazismo; es un estudio maquiavélico y trágico del poder, explora poéticamente el abuso de la inocencia y el sometimiento del individuo a los más variados dardos envenenados del sistema autoritario.
Es también un ensayo sobre los desafíos y peligros del mundo actual.
Woyzeck es un soldado raso del pelotón de fusilamiento, cuya vida es manipulada por su superior, el capitán, por su médico y por su mujer: ellos lo someten constantemente a torturas psicológicas y físicas, a tal punto que comienza a desmoronarse su sentido de identidad y termina reaccionando violentamente.
Hay algo de Fritz Lang y del “Mundo bravo y nuevo” en esta obra. El protagonista es desechable, víctima del cambio socio-económico hacia un capitalismo feroz, colocado en un escenario de un expresionismo grotesco y a la vez bello.
Gónzalo Facundo López, a cargo de la adaptación y dirección general, encontró varias innovaciones escénicas válidas y sugestivas. En primer lugar, un escenario completamente dominado por el blanco con la única excepción de woyzeck; además con un coro femenino que funciona de modo muy similar al coro en el teatro griego; un toque mecanizada y casi perfecta que contagia a todos los actores excepto Woyzeck; un video que reproduce y deforma la realidad escénica.
Tiene un ritmo raro el espectáculo y tal vez ciertas acciones, como las del coro, se tornan previsibles, pero deja el espectador con incontestables inquietudes sobre sí mismo, sobre el mundo, sobre el poder, sobre el lugar del hombre común en este mundo, sobre la libertad, la posibilidad o no de rebelarse contra un sistema omnipoderoso, sobre las manipulaciones sin fin de que todos estamos sometidos en la vida cotidiana.
Woyzeck: “Qué oigo? Algo se mueve. Silencio. Ahí cerca. ¿Marie? ¡Ah, Marie! Silencio. Todo en silencio. ¡Ah hay algo! Frío, húmedo, silencioso. He de irme de aquí. El cuchillo, el cuchillo, ¿lo tengo?...”
Teatro: Del Borde Espacio Teatral –
Chile 630, san Telmo, Buenos Aires, Argentina.. http://www.delborde.com.ar
Funciones: Sábados: 23:15 Hs Entrada: $50 y $30
Adaptación y Dirección: Gonzalo Facundo López
Funciones: Sábados 23:15 horas
Localidades: $50 (descuento estudiantes y jubilados $30). Reservas: 4300-6201
Elenco: Exequiel Abreu, Paola Cappellari, Celina Contin, Mariano Karamanian, Ariel Mele, Alejandra Mikulan, Paloma Santos y María Viau.
Diseño de escenografía y vestuario Julia Pérez Aguilar
Realización escenográfica Julia Pérez Aguilar, Gonzalo Facundo López.
Diseño y realización de objetos Julia Pérez Aguilar, Luis Arbit.Asistente de Vestuario Melanie DiazDiseño de iluminación Héctor ZanolloFotos Diego BasualtoDiseño sonoro Fabián Kesler y Esteban Insinger.
Animación audiovisual Luis Arbit
Maquillaje Gisela Arrosio
Diseño grafico: Exequiel Abreu
Asistencia de Dirección Victoria CasellasAsistencia de Producción Alejandra MikulanDirección y Producción General Gonzalo Facundo López.
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