Entrevista con Sol Titiunik, directora del espectáculo "Rapaz"
“Rapaz” es un espectáculo de creación colectiva dirigido por Sol Titiunik, que explora la marginalidad. Jaquematepress habló con la directora sobre el proceso de escritura, improvisación y armado del espectáculo, que se presenta los sábados en el Oeste Estudio Teatral de Buenos Aires.
¿El espectáculo ha surgido del trabajo de los actores sobre el tema?
Sí. La gestación del proyecto comenzó a partir del acercamiento a escritores, poetas y pintores argentinos que fueran capaces de servirnos en nuestra etapa inicial de improvisación e investigación, como disparadores creativos para nuestro fin esencial: la creación de una obra teatral enraizada a su tierra y atravesada por las vicisitudes de la época, donde pudieran desplegarse las opiniones y poéticas personales de cada uno de los actores. A partir del trabajo y entrega de cada uno de ellos y de una escucha atenta por parte de la dirección, conformamos un tiempo y espacio común, construyendo así nuestra propia dramaturgia.
De este proceso surgieron personajes únicos y complejos, nacidos de un universo construido con paciencia, por capas, donde íbamos recolectando pequeños tesoros como mineros en la oscuridad del subsuelo donde ensayábamos cada semana.
La estructura del relato la escribí en una sola noche, en la cual lo que hice fue simplemente darle un orden a esos tesoros encontrados, sumando un elemento narrativo clave -el cual prefiero no develar- que organizó nuestra historia y dio luz a Rapaz.
¿En su opinión cuáles son las ideas y/o innovaciones estéticas que propone la obra?
La obra propone un lenguaje propio tomando la actuación como valor principal, la forma, los cuerpos, lo poético que irrumpe del absurdo que atraviesa las existencias.
La estética de Rapaz es simple y pictórica, marginal y bella, y esa belleza radica en las imágenes, la distribución de los cuerpos en el espacio, la iluminación y la escenografía. Relatada en cuatro escenas que transcurren en diferentes ambientes de un parador estatal, Rapaz obedece más a una estética cinematográfica que teatral. A través de sutiles cambios de iluminación y elementos escenográficos, el espectador entiende que se trata de un ambiente distinto y construye así el espacio escénico en su imaginación, no sólo por lo que ve sino también por lo que no ve -lo que en cine llamaríamos el fuera de campo-.
Esta fusión de lenguajes constituye seguramente uno de los valores estéticos innovadores de Rapaz, aunque se trate más de una consecuencia de mi formación como cineasta que de una búsqueda consiente.
¿Cuáles son los desafíos relacionados con la puesta en escena y la dirección escénica?
Uno de los principales desafíos de la puesta es el enorme compromiso por parte de los actores. Rapaz es una obra de relato simple que se apoya en la intensidad de las actuaciones, en la potencia de los personajes, receptivos y adaptables a cualquier novedad, que con absoluta decisión toman el espacio utilizando todo imprevisto a su favor. Esta gran capacidad de adaptación está dada precisamente por el tipo de proceso de creación, el cual les otorga una libertad de acción mucho mayor que el común de las obras. No se trata de actores interpretando un texto escrito por un autor, sino de actores en el sentido más activo de la palabra, que han inventado su propio mundo a cada paso. Sus personajes fueron creados por ellos mismos y esto les permite adueñarse del universo y de las situaciones propuestas de un modo sorprendente y poderoso. Portantes de una frescura que captura al espectador los rapaces logran derribar las barreras de la solemnidad. Los textos más profundos y poéticos están encarnados de tal modo en ellos que llegan al espectador sin esfuerzo.
Otro de los desafíos de Rapaz creo que tiene que ver con el riesgo. En Rapaz hay un riesgo constante, un peligro inminente que atraviesa toda la obra y que está encarnado concretamente en uno de los personajes principales -tiene que ver justamente con aquel elemento narrativo clave que no quiero develar.
Por último, Rapaz habla de los olvidados, de los oscuros subsuelos, de los marginados, pero lo hace sin distancia, sin compasión. Y en esta posición también hay un riesgo. Rapaz dice, sin decirlo, que estamos todos hechos del mismo polvo de estrellas, aquí en el sur, allá en el norte, aquí en el Mercado, allí en el centro. Y que siempre puede venir un enemigo a intentar destruir nuestros sueños, y que siempre se puede dar pelea para perseguirlos, aunque fracasemos en el intento.
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Ficha técnico artística del espectáculo “Rapaz” Web: http://rapazteatro.blogspot.com Funciones: Sábados, 22 horas Oeste Estudio Teatral Del Barco Centenera 143 1° Cap. Fed., Argentina Entradas: $30 Reservas: 4901 3111 Web: http://oesteestudiodelmercado.blogspot.com SOL TITIUNIK es actriz, docente, directora de teatro y directora cinematográfica. Desde sus comienzos se desempeñó tanto en teatro como en cine, fusionando y potenciando las posibilidades de cada lenguaje. En teatro, se formó en actuación, dirección de actores y puesta en escena con profesores como Hugo Midón, Nora Moseinco, Luis Agustoni, Jorge Polaco, Jorge Hacker, Graciela Camino, Cristina Banegas y Ricardo Bartis. Asimismo, realizó cursos complementarios de canto, educación rítmica y vocal, entrenamiento corporal para actores, contact, danza butoh y danza teatro. Actualmente dicta clases de Entrenamiento Actoral y Montaje Teatral en la Dirección de Cultura de la Biblioteca del Congreso de la Nación, y dirige su primera obra teatral. www.rapazteatro.blogspot.com En cine, es egresada de la carrera de Dirección Cinematográfica en la Universidad del Cine, y se desempeña en el medio audiovisual como guionista y asistente de dirección, a la vez que dicta clases de Cine Documental en la Biblioteca Nacional. Además ha realizado varios cortometrajes de su autoría, entre ellos Quimeras, co-producido por la Universidad del Cine y pre-seleccionado por la Sección Cinefondation del Festival de Cannes.
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