Entrevista: "¡Soy libre! ¡Qué lástima!"
Luego de estudiar el nuevo método completo de expansión de la conciencia, y después de estudiar meticulosamente sus notas, el periodista se acercó a la bici, pero el dueño del rodado no estaba a la vista. Igual tomó la foto y comenzó a buscar el hombre.
--He llegado. ¿Está usted aquí?
--Sí, claro, lo que pasa es que salí veloz como un pensamiento eléctrico en mi bici a encontrar la razón de mi vida y todavía la estoy buscando.
--Bueno, necesito verlo para hacer la entrevista.
--La imagen es de poca importancia, pues se sabe que las aparencias engañan.
--Está bien...¿Cómo llegaste hasta aquí?
--Terrible. Sudando y cubierto de polvo inteligente iba avanzando através de calles llenas de obstáculos, gente negativa, coches enojados, policias ignorantes, sonidos raudos y amantes poco experimentados.
--Y...la ciudad es así.
-- Mi cuerpo ganaba a mi mente pero igual mi mente luchaba contra las nubes oscuras y, presto, una idea se pegó a la rueda y rebotó contra mis lobúlos frontrales: ¡soy libre! ¡Qué lástima!
--¿En serio?
--Sí, claro. Fue en ese mismo instrante que eschuché el pito (de un policia) y, obediente, salí de mi bici y en lo que dura un guiño volví a ser el lerdo filósofo de siempre.
--¿El policia le detuvo?
--Negativo. ¿Sí yo no encontraba la razón de mi vida, oficial tampoco me podía encontrar.
-¿-Entonces?
--Sigo buscando la razón de mi vida.
--¿Pero, hombre, qué pongo en la nota?
--Que sigo buscando la razón de mi vida.
--¿Nada más?
--Y el por qué de las guerras, la lucha por el petróleo, el agua, el gas, una forma digna de superar el intríngulis mediático, la solución a la crisis del sistema capitalista, si el hombre tiene más valor que la bolsa de valores de Nueva York...
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