Melodrama y política: un guión repetido en la lucha por el poder de un mundo en crisis
Las creaciones melodramáticas modernas lucran con los aspectos sentimentales, patéticos o lacrimógenos de un conflicto, exagerando los hechos con la intención de provocar emociones fuertes en el público: el amor, el miedo, el odio, la envidia, los celos, la venganza…Si bien parece ser un arte menor, ha sido elaborado con precisión en Hollywood, en las agencias de marketing, incluso en las elegantes oficinas de políticos y, en los Estados Unidos, también en el Pentágono.
En un exitoso espectáculo melodramático, el televidente queda atrapado en el relato, se identifican con uno u otro de los personajes, no puede dejar de pensar con la lógica de Juan o de María, discute las opciones del conflicto con su pareja real, con sus amigos; mientras viaja a su lugar de trabajo imagina cómo su héroe va a zafar (o no) de la terrible situación que le ha caído encima, tal vez tenga pesadillas, despierte pensando en el trama.
En la política sucede algo similar. Como se sabe, la lucha por el poder es como un fantasma va y viene pero nunca desaparece. Afortunadamente formas democráticas de organización social han reemplazado en gran parte del mundo las monarquías, las dictaduras y las formas autocráticas de ejercer el poder. Sin embargo, con cada conquista que concede más libertad, aparecen formas más sutiles de manejo de opiniones y voluntades.
No es de extrañar entonces ver la utilización sopladamente melodramática del miedo, la sensación de inseguridad, la amenaza, el doble discurso, la sobre simplificación entre blanco y negro, los errores intencionales, el engaño y otros recursos típicos de los espectáculos melodramáticas; el poder político y/o económico sabe que para poder avanzar con sus esquemas necesitar capturar y cautivar el público, los ciudadanos.
¿No sería el caso de la sensacional acusación que acaba de lanzar Barack Obama ( ganador del premio Noble de la Paz), vinculando a un Iraní con pasaporte de los Estados Unidos con narcos sudamericanos y un supuesto atentado fallido al embajador saudita en Washington?
Cabe aclarar: no tenemos otros datos sobre el tema que no sean los que el lector haya leído en el diario, en la televisión o en la radio. Pero pensamos que hay varios aspectos de la situación que merecen una consideración tranquila.
1) En el sistema judicial norteamericano se considera una persona inocente hasta que la justicia haya dictado una sentencia respecto al hecho por lo cual haya sido incriminado. Puede ser que el Iraní con pasaporte de los Estados Unidos Mansor Arbabsiar sea responsable de un supuesto complot para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington? Puede ser cierta la acusación, puede ser parcialmente cierta o falsa. ¿Si la justicia lo encuentra no culpable? Su nombre ya es conocido en todo el mundo y asociado a una acción criminal fallida. ¿Cómo puede hacer para limpiar su reputación?}
2) El mundo se recueda de las acusaciones contra Sadam Husein antes de la invasión de Irak, que tenía grandes cantidades de armas de descrucción masiva. Pero dichas armas nunca fueron encontradas.
3) Hace muchos años Saudi Arabia ha sido un fiel aliado de Washington en el Oriente Medio,siendo un régimen poco democrático y fuertemente autoritario. No obstante, mantiene relaciones normales con Irán. Sufre ya que “la primavera arabe” avanza entre sus vecinos, tocando cada vez más países en la región.
4) ¿Tiene asidero pensar que el régimen teocrático islámico de Irán haga pactos criminales con personas vinculadas al narcotráfico, justo cuando se encuentra bajo la mira del mundo occidental por su política nuclear? Gary Sick escribe en The New York Times: “Me cuesta creer, por ejemplo, que los iraníes confiaran en un criminal no islámico vinculado al narco para realizar una de sus misiones más sensibles.”
5) En la Administración del presidente George Bush, Irán formaba parte del “eje del mal” y todo indica que bajo Obama la situación no ha cambiado en absoluto. ¿Es ilógico pensar que el incidente funciona como una política de presión de Washington contra Irán?
6) ¿Es factible imaginar que Arababsiar pueda recibir instrucciones telefónicas desde Irán, como dice Washington, si seguramente son vigiladas todas las llamadas y comunicaciones desde Teherán?
7) ¿Es una coincidencia que esta acusación surja en un momento cuando Irán fortaleza sus vínculos con América Latina, especialmente con los gobiernos no conformistas (Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Argentina) y con el bloque ALBA, cuando Washington intenta ganar más espacio político en la región?
8) ¿Es otra coincidencia que la denuncia aparece en medio de la grave crisis financiera en los Estados Unidos, cuando miles de personas están en las calles protestando contra los bancos y la falta de igualdad social, cuando la reelección de Barack Obama se ve enfrentada con fuertes críticas incluso dentro del mismo partido Demócrata?
8) ¿Es coincidencia que hace poco Obama autorizó el asesinato de un ciudadano de los Estados Unidos, Anwar Aal-Awlaki en Yemen? Ese hecho despertó fuertes polémicas, ya que fue acusado por Washington y asesinado en vez de ser detenido y juzgado. En cambio, Manssur Arabsiar ha sido detenido y seguramente será procesado.
(La pintura que encabeza la nota es de Honoré Daumier)
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