Raquel Rosso de Baigorri, autora del libro "La dulce lágrima, inolvidables viviencias en Sri Lanka"
La escritora Raquel Rosso viajó a Sri Lanka en febrero de 2006 para reunirse con su esposo, quien tenía a su cargo la coordinación del Proyecto de Prevención del Dengue, una de las secuelas post tsunami. Luego escribió "La dulce lágrima," un relato sobre sus experiencias. Charló con Jaquematepess sobre su libro:
--¿Podemos charlar sobre su libro, “La dulce lágrima?”
--Yo fui a Sri Lanka para reunirme con mi esposo que estaba trabajando ahí, fue un viaje largo de 23 horas en avión y estaba pensando: “Lo encontré, lo encontraré.” Sabía que en el país había una guerra civil. Fue un gran impacto cuando llegué, pues muchos soldados estaban en el aeropuerto.
--Fue a buscar a su marido. ¿Qué trabajo estaba haciendo en Sri Lanka?
--Estaba trabajando en la prevención del dengue, una secuela que quedó como consecuencia del tsunami. Es bioquímico farmacéutico y fue enviado al país por Médicos del Mundo de Argentina, como coordinador del proyecto junto a un joven francés que era el administrador.
--¿Cómo comunicaste con la gente?
--Tuve que hablar en inglés porque ellos no conocen el español y yo no conocían el idioma de ellos. Tenía muchas dificultades en pronunciar la “W” en inglés, pero después me di cuenta de cómo hacían para pronunciar el sonido. Yo enseñaba inglés y durante los primeros días me entregaban sus trabajos bajando la cabeza pero yo les decía que yo era como uno de ellos y llegué después a tener una relación muy buena con ellos. Fue muy emotiva la despedida, me llenaron de regalos. También daba yo clases de inglés a los médicos que trabajaban con mi marido.
--¿Cómo surgió la idea de escribir el libro sobre sus experiencias en el país?
--Yo escribo desde la adolescencia pero nunca había escrito un libro de este tipo. Era tan rica la experiencia, tan interesante la cultura de los esrilanqueses que quería conocerla más a fondo, especialmente su filosofía de vida.
--¿Hubo algún aspecto de la cultura de ellos que le asombró, que le llamó la atención?
--Algunas cosas sí, por ejemplo, no matan a ningún animal, siquiera un mosquito. Eso le costó mucho a mi marido porque tenía que estudiar el mosquito del dengue y matarlo y ellos no querían.
--Porque son mayormente Budistas..
--Sí, claro, son Budistas. Todos los días de luna llena son feriados. Una vez fuimos a un templo Budista y un joven que hablaba muy bien el inglés me explicó que se festeja la luna llena porque Buda nació en luna llena, fue iluminado en luna llena y murió en luna llena. Entonces, ese día nadie trabaja, van al templo, llevan ofrendas, se visten de blanco. Además tienen las comidas programadas, saben lo que van a comer a cada hora.
--¿Vivía usted con una familia?
--No. Nos alquilaron una casa. Tenía un jardín impactante, con orquídeas; otra cosa que me impactó fue la cantidad de animales sueltos en las calles: una vaca que para ellos son sagradas, una tremenda víbora cruzando la ruta. El conductor nuestro frenó para dejar pasar una víbora enorme. Un día me levanto, abro la ventana y llevo un impacto porque había lo que ellos llaman “monitur,” una especie de caimán, casi me muero cuando lo vi pero bueno ellos no tocan ningún animal. En la habitación a veces me impactaba ver unas ranitas que estaban en la pared. No te hacen nada, me decían, pero yo tenía miedo. Después una noche poco después de llegar yo estaba durmiendo cuando sentíamos algo así como pasos en el techo. ¿Qué pasa? ¿Son ladrones? No. Eran monos que venían para robar las bananas, pues había plantas de bananas en la casa. Un tema no tan simpático fue lo que hacían con la basura. La tiraban en lugares abiertos y se veían los animales que comían los restos de comida.
--Una cultura bien diferente de lo que ustedes conocen en Argentina…
--Hay otras prácticas que tienen que ver con la herencia de los británicos. La ceremonia del té a las cinco de la tarde u los uniformes. Les gusta poner uniformes.
--¿Es compatible el respecto que tienen el pueblo por los animales y la salud?
El marido de Raquel explicaba que había que usar el ingenio. Había una epidemia de dengue terrible porque estaban los cuatro tipos de virus. Mi desesperación era cómo combatir el dengue si ellos no aceptaban la matanza de los mosquitos. Entonces, había que combatirlo biológicamente con otras especies, con peces que mataban a los mosquitos.
--Ellos creen en la reencarnación y por eso no aceptaban matar a ningún animal.
--¿Algunas anécdotas?
--Bueno, la chica de la casa se había enamorado del administrador francés, entonces ella le enseñaba el idioma de ellos y el francés le enseñaba a ella el francés y salían a veces en excursiones. En una excursión a un faro la chica subió la torre y puso una pierna sobre la baranda y dijo al francés, “si no me amas me arrojo.” Fue un conflicto fuerte para él porque podría haber derivado a un conflicto internacional. Llamó a mi marido desesperado preguntándole qué hacer y mi marido le dijo decirle que sí y el francés decía no, como voy a decir eso si no la amo. Al final la chica no se mató pero decía no importa si no me amas ahora porque mis padres tampoco se amaban cuando se casaban pero ahora sí y son muy felices.
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Raquel Rosso de Baigorri:
Mail: rossoraquel@hotmail.com
“La dulce lágrima,” Editorial de la Universidad Nacional de Rosario, 2011, Urquiza 2050, S2000AOB, Rosario, República Argentina.
1 comentario
Víctor Carlos -
Y como detalle final, la publicación de tu libro "La dulce lágrima" donde se destacan tus méritos de escritora a través de una argumentación valedera en base a reflexiones,sentimientos, anhelos... adecuado título para un buen trabajo !
Vayan mis felicitaciones y un abrazo !