Humberto Constantini: "Poesía y teatro"
“Cuando nombro democracia—que no haya error—me refiero a libre elección, a división de poderes, a rotación en el gobierno. Aun llena de errores, es lo único sobre lo que hay esperanza de evolución, el modo irreemplazable de convivencia, en libertad y sin rencores, de partidos y de ideas diferentes,” dice el escritor, médico veterinario de origen judío sefardí Humberto Constantini.
Ediciones R y R acaba de publicar “Poesía y teatro,” del escritor porteño, tal vez mejor conocido afuera que en Argentina, una colección que incluye monólogos, obras de teatro, poesía y tangos de un autor que siempre se identificaba como rebelde, simpatizante y crítico de las ideas de la izquierda política.
En “Subdesarrollo” dice:
“Trabajo, sí señor,
No me caliento mucho, voy tirando.
Después hago lo mío,
Cuando puedo,
Eso es todo.
Yo sé que usted también,
No le discuto,
Pero es un poco triste,
¿no es verdad?
Este juego
De ajedrez boticario sobremesa,
Uno quiesiera, ¿no?
Uno quisiera…”
En la poesía de Constantini se nota a menudo la métrica de endecasílabos, una rica y variada mética, gran sentido por el ritmo, un amor por lo bello combinado por una fresca rebeldía, una subversión de los sentidos:
"No es vanagloria
decir que me acosté con vos,
que fueron gloriosamente míos
tus jadeos de amor,
tu calentura,
tu profunda saliva,
la ondulante fiereza
de tu orgasmo..." (Amante)
Las obras de teatro fueron escritas en dos momentos distanciados entre sí por alrededor de veinte años, antes y después de su forzado exilio (debido a la dictadura military en Argentina 1976-82). En los monólogos--por ejemplo, "Estimado prócer"--sobresale una ironía seca y refinada.
El protagonista dice que se ha convertido en obrero por cause de su "forma diferente de mirar las cosas." Es que un obrero debe sobrevivir en una sociedad que lo deja librado a la competencia individual más atroz, y el protagonista cuenta esa realidad, no los eslogan del prócer, Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Sentado en un banco frente a un prócer, el actor se levanta y dice: "Estimado prócer...No, no me mire así. No he venido a venderle nada." Después habla acerca de las contradicciones del mundo, un mundo donde la igualdad política forma parte del bronce imposible de la superestructura, mientras la desigualdad reina sin freno en el campo popular. Termina el monólogo cuando el personaje dice al prócer: "¡Adiós prócer! Me voy a lo de Dubcovsky Hermanos. Villegas 249. Paga del uno al cinco de cada mes. Categoría: muy bueno. Encargado de compas: José Dubcovsky. Vamos a ver qué pasa...vamos a ver...vamos a ver...(Sale).
Para Constantini el arte es un arma para cambiar el mundo, pero también funciona para rescatar a los hombres y mujeres que luchan por el cambio cuando experimentan la derrota, para explicar lo inexplicable; el arte es un arma contra la soledad, contra el desazón, contra la traición; es una forma de plantar lo que el escritor llama "la bandera de dignidad."
"Poesía y teatro, obra completa," Humberto Constantini, Ediciones R y R, Buenos Aires, 2012. http://razonyrevolucion.org.ar / editorial@razonyrevolucion.org.ar
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