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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

La mea culta del diario español "El País"

Llegó ayer la mea culpa del diario español “El País” a través de un editorial que informa a sus lectores que pagar 15 mil euros y publicar una fotografía trucha del presidente de Venezuela Hugo Chaves constituía “uno de los mayores errores” en la historia del diario.

Pero la explicación del director del diario, Javier Moreno, no entró en el fondo de la cuestión, se limitó a escribir: “Hicimos una cesión de confianza a la agencia (agencia de información Gtres Online) a pesar de que había puntos que no se podían comprobar.” Un detalle: la agencia no sabía o no podía verificar el nombre del fotógrafo.

Lo que motivó la publicación de una foto que mostraba un paciente con parecido a Chaves, entubado y en un mal estado aparente, fue la posibilidad de lograr una primicia mundial, algo que necesitaba el diario ya que se encuentra en plena crisis.  Importantes periodistas de “El País” han sido despedidos recientemente y la línea del diario, antes progresista, ha tomado una clara ubicación conservadora.

Javier Valenzuela, ex redactor del diario y uno de los expulsados opinó que “El País hace el ridículo global con la falsa foto de Chávez, pero Cebrián (uno de los dueños del rotativo) seguirá diciendo que la culpa de su agonía la tiene Internet.”

Detrás de esta situación hay varias cuestiones de fondo que van mucho más allá del “error” del diario.

1)      De acuerdo a los argumentos de los opositores a Chávez en Venezuela, el diario justificó la publicación de la foto debido a la supuesta falta de información sobre la verdadera situación de Chávez, operado en La Habana, Cuba, y recuperándose de un problema respiratorio posterior. Andréz Izarra, ex ministro de Comunicación de Chávez y ex director de Telesur dijo al diario argentino Página 12: “La publicación de la foto de la portada, que no tuvo ninguna verificación, pone en evidencia el predominio del interés morboso que tiene un diario sin ética.” ¿Es ético sacar y publicar imágenes de reconocidas personalidades públicas mientras estén hospitalizados y recuperándose y agregar además toda clase de conjeturas sobre su situación?

2)      Todos los diarios tienen manuales de estilo y de ética periodística. Uno de las reglas fundamentales es la obligación de verificar y confirmar los datos y la información contenida en un artículo. En este caso hasta el redactor de “El País” admitió que “hicimos mal nuestro trabajo” y reconoció que procedió a la publicación de la nota sin siquiera saber quién sacó la foto, simplemente suponiendo que reflejaba la verdad.

3)      No es la primera vez que un diario miente, ni la primera vez que un diario haya publicado información sin verificarla. El periodismo es un negocio y es un negocio fuertemente ligado a intereses económicos y políticos, por más que se presenten como “independientes.” El lector puede ser víctima de una campaña a favor o en contra de ciertos intereses mediante títulos engañosos, alteración consciente de las expresiones de un político, negociante o militar, como así también a través de trucos gramaticales o la supresión de información a los efectos de favorecer otros puntos de vista.

4)      Gran parte de las supuestas “primicias” que publican los diarios proviene de fuentes internas en empresas o gobiernos. Hay varios casos que saltan a la vista: La información sobre la supuesta ataque de cubanos contra un barco norteamericano en la La Habana en 1998; el famosos caso de “Watergate;” de espionaje del gobierno conservador en Washington contra el partido Demócrata; la prensa norteamericana y mundial  publicó la afirmación que insistía en que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, una falsedad que luego justificó la invasión norteamericana de  Irak. (Hasta la fecha no se ha encontrado dichas armas de destrucción masiva).

5)      En el momento actual la prensa escrita se encuentra en una situación difícil debido a otros medios de comunicación, los blogs, facebook y twitter, y por lo tanto debe luchar arduamente para mantener y/o ganar nuevos lectores. Es lógico suponer entonces que la lucha por lectores lleva los diarios impresos al borde de lo ético a los efectos de lograr mantener o bien aumentar la cantidad de lectores. 

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