Nuestra aldea está en llamas
Durante y después de la Segunda Guerra Mundial el poema en idish de Mordejai Gebirtig, "Nuestra aldea está en llamas," reflejó acertadamente el horror: "Un viento furioso arrasa y dispers todo/ Llamas enormes se alzan y mueven el círculo/ Todo se quema ahora/ Y ustedes se quedan mirando/ de brazos cruzados/ se quedan mirando mientras/ nuestra pobre aldea está en llamas/ puede que llegue el momento en que el fuergo los alcance y sólo quedarán cenizas uy muros negros." Otro momento, tal vez, otra historia, tal vez, otros odios, tal vez, otras ambiciones, tal vez, otras circunstancias, tal vez, y sin embargo la capacidad de auto destrucción de los seres humanos sobrepasa la más fértil imaginación. Y sin embargo el cielo sin fin sigue estrechándose hacia el infinito, el espacio no conoce límites, la energía sigue circulando en cada rincón del universo. |
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