Carlitos, That Name Nobody Can Forget
"Buenos Aires, mi querido Buenos Aires..." ¡Pobre Carlitos! Buenos Aires ya no tiene ese aire tan especial de los años 50. Y sin embargo hay esencias que no cambian nunca. La voz de Carlos Gardel, por ejemplo. Está en el corazón de los "porteños," incluso en el alma de aquellos que no bailan el tango, que no cantan, no escuchan, que no bailan los ritmos del dos por cuatro.
Además, hay paredes que hablan todavía, dibujantes sin nombre conocido que andan por las calles dejando sus marcas. Este Gardel apareció en un barrio bastante querido por el cantante: Buedo.
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