El impenetrable y el abandono de los pueblos originarios
Fue Yupanqui quién alguna vez fue autor de la frase, "por aquí Dios no pasó." El estado de abandono en la zona del Impenetrable, en el chaco argentino, antes madre y sostén de varios grupos originarios, parece confirmar la fina ironía de la frase.
"Digan lo que digan," escribió Mempo Giardinelli el 25 de septiembre en Página 12, "estas tierras--más de tres millones de hectáres--fueron vendidas con los aborigenes dentro."
Está indignado sobre la situación actual de abandono en El Impenetrable, en la provincia argentina de el Chaco.
"Son varios miles y están ahí desde siempre, pero no tienen títulos, papeles, ni saben cómo conseguirlos. Los amigos del poder sí los tienen, y los hacen valer. El resultado es la devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala, las especies animales desaparecen, se extinguen. Los seres humanos también."
No es nueva la situación pero alarma dos aspectos: el estado lamentable de la población a raíz del abandono del Estado y la rápida destrucción del medio ambiente ante las topadoras y las plantaciones de soja. El censo forestal de 1935 contabilizó 1.100.000 kilómetros cuadrados de bosques naturales; ahora sólo quedan 330.000 debido a la tala indiscriminada, los incendios y la expansión de las fronteras agrícolas.
"Desfilan ante nuestro ojos enfermos de tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que sólo han comido harina mojada en agua, rodeados de perros flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños," escribe Giardinelli luego de un viaje reciente a la zona, durante el cual hace una visita clandestina al Hospital Ramón Carillo. En Obstetricia y Pediatría dice que todos son tobas: "Una chiquilla llora ante su hijo, un saquito de huesos morenos con dos ojos enormes que duele mirar. Otra joven dice que no sabe qué tiene su nene pero no quiere que muera, aunque es obvio que se está muriendo..."
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