Aguas de Jazmín: "Aquí hay gente feliz."
las palabras."
(Alexander Lowen)
Hay veces cuando el sol habla con el viento y el viento con
la tierra y la tierra con el agua y el agua nos contiene y
nos cura. Lástima que en estos tiempos de guerras
preventivas y globalización y marketing se ha olvidado del
ligazón que nos une al universo y a la madre tierra que nos
cobija.
Estamos en el jardín de Aguas de Jazmín, un simpático
recoveco a pocas cuadras de la playa, en Mar del Plata,
Argentina, conversando con Alejandro Rosas y José, su
compañero, acerca de un creativo centro recreativo para
discapacitados y personas que sufren de diversos tipos de dolores.Un joven perrito celoso y bailarín--que no tiene pudor en
expresar sus alegrías---nos acompaña en nuestra visita al
jardín. Salta el animalito sobre el pasto, hunde su hocico
en la tierra recién preparada para la siembra…mientras
nosotros, luego de una refrescante inmersión tibia en la
pileta, compartimos un vino tinto con los huéspedes.
--Alejandra: ¿cómo nació la idea de construir un natatorio
terapéutico?
--Fue por impulso de mi hijo, pues es discapacitado, y yo
querría ofrecerle el cuidado de un espacio para tratar sus
dificultades vinculadas a la parálisis cerebral. Y el proyecto creció mágicamente
y, además, apareció la posibilidad de trabajar no sólo con personas discapacitadas:
también con personas de la tercera edad que sufren de artritis, reuma y problemas
con los huesos y músculos.
--El lugar es hermoso. ¿Es fruto de su propio diseño?
--La idea inicial la tuve yo pero la conversé con José y la
verdad es que su ayuda ha sido esencial, pues sin su aporte
no hubiera sido posible. Uno anda por el mundo con delirios
y de repente uno siente la necesidad de concretarlos. Y a veces se tiene la suerte
de cruzarse con la persona indicada para llevarlos a cabo
--Imagino que el diseño iba creciendo en el proceso…
--Sí, sí, claro. Hubo una idea general previa que luego
discutíamos con un arquitecto, pero como suele suceder esa
idea era imperfecta y tenía que crecer y experimentar
sucesivas modificaciones. Aparecían problemas en el camino
que tenía que solucionarse.
--Es decir, el proyecto iba cobrando vida propia.
--Ciertamente y lo que yo rescato es la habilidad de José,
pues tiene un sentido común muy grande, mucha garra y mucha
voluntad.
--¿Cómo es la actividad en Aguas de Jazmín?
--Lo básico es el aspecto terapéutico. Se mantiene el agua a
entre 33 y 34 grados porque no se puede trabajar con
personas de la tercera edad con temperaturas inferiores. De
este modo se puede trabajar bien las articulaciones, los
músculos, los cervicales. La gente está sumamente contenta
de poder venir aquí, de tener un lugar, un espacio en el
cual se tratan los dolores del cuerpo. El agua es algo
maravilloso…
--Se hace una especie de gimnasia en el agua.
--En eso estamos y en los primeros pasos hacia un aspecto
más social y cultural, un espacio en el cual la gente puede
unirse, charlar, festejar un cumpleaños, festejar la primavera, un
asado, juegos, actividades más allá de lo estrictamente
terapéutico.
--José: ¿cómo ha sido su experiencia en el proyecto?
--Para mí es un poco difícil contestar esa pregunta. Yo
siempre estuve atrás de ese árbol, ella ha sido el cerebro
de todo. De todos modos, pensamos en un espacio para la
gente discapacitada con o sin recursos. Hablamos con el hijo
de Alejandra y hubo feeling entre él y yo. Tengo mucho
respecto y admiración para Alejandra y creo que ella siente
lo mismo para mí. Ha sido para mí una descarga, pues siempre
he tenido la idea de tener un comedor comunitario o trabajar
en algo con un sentido social. Entonces, cuando apareció
esta idea me daba mucha tranquilidad. ‘La vamos a hacer’ le
dije a Alejandra y nos pusimos a trabajar. No tuvimos
asesoramiento técnico pero eso sí elaboramos un plano y
luego…yo soy ingeniero, no recibido pero tengo el título
intermedio, y eso me ha ayudado. Aquí estamos. Nos
levantamos a las cinco de la mañana y trabajamos tranquilos
hasta la noche.
--¿Hubo alguna experiencia impactante?
Muchas pero tengo muy presente el tema de la familia.
Estaban trabajando todos y le dije a Marcelo, el hijo de
Alejandra, le dije que hiciera una picada, cosa que nunca
había hecho. Fue, cortó chorizo, pan, queso, y mi hija hijo le
ayudó a poner la mesa. Después hay muchas experiencias con
la gente que ha venido aquí, que dicen que han encontrado
sentido a sus vidas, que puede mover sus cuerpos de un modo
que no podían antes…que es una maravilla. Y nosotros
trabajamos con alegría todos los días, limpiando la pileta,
asegurando el ph de la pileta, hacemos todo el trabajo
nosotros, no pagamos a nadie para mantener el lugar.
--Excepto el caso de los profesores…
--Claro. Hay un libro de sugerencias en el cual la gente
pone sus ideas. Uno aprende a escuchar mucho.
--Alejandra: ¿qué ideas tienen para el futuro?
--Me gustaría que Aguas de Jazmín no sea solamente un
espacio para la rehabilitación física Debe ser también un centro de
actividades culturales y sociales, una especie de comunidad,
pero para llegar a eso tenemos que trabajar mucho todavía.
Hay mucha gente sola que se quedan queda en sus casas. Aquí
ofrecemos un espacio de comunión para ellos.
--¿Una frase?
--Tenemos un eslogan: “Acá en Aguas de Jazmín hay gente
feliz.”
Ella sonrió suavemente, mientras el perro saltaba como un
bailarín del Colon. José señalaba hacia el jardín, los
árboles, algunos con una buena cosecha de fruta (que los queparticipan en las actividades de Aguas de Jazmín puedenllevar a sus casas). En fin, un pequeño paraíso para gente
sola, mujeres que han perdido sus esposos, maridos sin
pareja, discapacitados, ancianos con dolores en las
articulaciones; todos se deslizan por la pileta, toman un té
de hierbas en el jardín, hunden los pies en la tierra
húmeda…y a lo mejor hacia el atardecer José deja que sus
dedos mágicos recorran las cuerdas de su guitarra mientras de su voz
salen hermosas canciones de ayer, de hoy y—¿por qué no?—de
mañana.
Contactos:Aguas de Jazmín: 2747 Olavarria, Mar del Plata.
Tel: 4511761
e-mail: marosas@mdp.edu.ar
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Jazmín Olavarría -
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