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Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español

Relato de Silvia Mabel Vázquez para el concurso Jaquemate press de Cuento, Poesía y Ensayo

"Los hombres no creemos más en lo que vemos. La mayoría de las veces no vemos que algunos tienen otro tipo de vida, diferente de la nuestra. A pesar de ser escéptica, tuve que convencerme de que, además, pueden disfrutrarla.." 

El apareció de repente en el barrio, un barrio por demás bullicioso. El colectivo que va y viene todo el día, la gente que comenta de vereda a vereda...nunca habíamos tenido un personaje así. Se dice que los duendes viven alejados de los hombres, tal vez por temor q que los dañen, tal vez porque el hombre no cree en ellos y los ignora.

Se dice también que ellos mismos moldean su forma, si es así, él  estuvo poco tiempo ocupado en eso.

No hacía mucho que habitaba la casa despintada y abandonada de la vuelta. A los duendes les gusta vivir rodeados de plantas y flores, pero éste no era este el caso (a menos que en su cabecita vivieran las anémonas y las margaritas de las que tanto hablaba cuando andaba por la calle), ya que su casa era gris, con rejas oxidadas y un paredón desvencijado cuyo único adorno eran los gatos que se paseaban por encima. No tenía luz, ni gas, por eso compraba velas por lo menos una vez a la semana en el almacén de la esquina.

El era bastante alto y su cara joven estaba cubierta por una espesa y larga barba, por cierto desprolija. El pelo revuelto, ondeado y castaño, le llegaba a los hombros. Usaba siempre un jean verde oscuro, una remera negra, y en los días de frío, una suéter verde del revés, que por cierto le quedaba bastante grande.

No sé que poder mágico tendría escondido, pero desparramaba alegría simplemente al caminar, moviendo su cabeza de un costado a otro y bamboleando su cuerpo delgado y exageradamente descolocado.

Solía revolver las bolsas de basura al atardecer, intentando buscar vaya a saber uno qué cosa útil, y llevarla a su mansión privada.

Muchas veces vi a una anciana golpeando la puerta, intentando sin suerte que le abriera, despreocupada por el tiempo y esperando sentada en el cordón de la vereda hasta que a él se le ocurriera salir, sin ningún apuro.

Por las tardes, se ocupaba de escribir en letra de imprenta, cartelitos en hojas blancas, que colgaba de las rejas de la entrada: “Al duende lo cuida su ángel de la guarda”, “Josefina me cuida”,“Los altos cielos me guían mi camino” y cosas parecidas.
La gente que pasaba le temía, muchos decían que estaba loco, otros que molestaba porque se entretenía revolviendo las prolijas bolsas , y porque apilaba en la vereda trastos viejos e inútiles.

La gente siempre dice cosas, algunas veces ciertas, y   otras no tanto. El duende hacía caso omiso de todo eso.

 Leyenda urbana? Tal vez en eso se estaba transformando... En su mundo solo estaban sus gatos, la extraña literatura de sus carteles y Josefina, que ya a esta altura de la historia, sé que es su madre, y pertenece a la parte de cordura que manifiesta de vez en cuando.

La he visto algunas veces también, esperando en la calle, convenciéndolo de que era su mamá, hasta que cansada, tomaba el colectivo y volvía con un patrullero, convenciéndolo de abrir la puerta de rejas.

Una tarde, mientras  caminaba por la vereda, hablando con los gatos que lo seguían, y desanudando las bolsas, juntó varias cajas de cartón que estaban sobre la vereda de enfrente, y las desarmó cuidadosamente poniéndolas una dentro de otra, con una prolijidad exagerada. Revolvió la basura que estaba sobre las baldosas y rescató una botella de gaseosa a medio tomar, la puso bajo su brazo y emprendió la retirada con su valiosa carga.

A la mañana siguiente, volvió a pasar por el frente de casa. Nuevamente, buscó en la basura de los canastos algo que le sirviera, y mordiendo cada tanto un pedazo de pan, le daba el último vistazo al montón de cajas apiladas.

El duende se convirtió en un protagonista inesperado del cuento que hacía rato yo quería escribir. Su aparición me intrigaba y sin querer, lo seguía con la mirada cada vez que lo veía deambular por la calle.

Después de no ver su cartelera de mensajes por unos días, algo llamó mi atención:

“Comparto alquiler con mujer soltera o madre”.

Esta escrito en  tinta roja y colgado con un clip, que seguramente había encontrado por ahí.

Me intrigaba qué cosas podrían pasar por su cabeza, si realmente estaba tan ido como parecía, o si tal vez lo que necesitaba era alguien que lo escuche y se meta por un momento dentro de su mundo de fantasía, del cual solo se apartaba cuando su contacto con los demás lo obligaba.

Pensé, que si quería compartir su casa, realmente necesitaba alguien más que su madre, y quien sabe si esa persona también lo estaría buscando a él...

Dejé pasar los días, para enterarme si por fin había encontrado a esa “mujer” con quien compartir el abandono y oscuridad de la casa de la vuelta. Otro día, el cartel rezaba simplemente: “El ángel Josefina, Nacional 75, Prov. 52”

Una vez más Josefina estaba dentro de su cabeza, y seguramente, algún cabulero curioso, tomó en cuenta los números para probar su suerte.

Nada había cambiado, ni mujer en la casa, ni nuevas andanzas, hasta que una mañana, lo vi enfrente, en busca de algún sorprendente tesoro. Buscó en los canastos de siempre, revolvió las bolsas, las volvió a anudar, y de repente,  su cara se transformó. Una alegría inusual le había sonrojado los pómulos pálidos y  los brazos se agitaban como si quisiera volar.

Sospecho que había sacado algo muy valioso para él, sino  no hubiera tenido esa expresión... Me detuve ,y espié su  actitud ,como queriendo adivinar .

Acercó algo a su cara, lo revisó, y ahí fue cuando me quedé un rato largo mirándolo con cuidado.

Sus manos parecían vacías, pero acariciaban quien sabe qué cosa que hacía que su rostro se viera feliz.

Corrí a ponerme los lentes, y comprobé que efectivamente no había nada en sus manos, pero él, como si tuviera el tesoro más preciado, seguía contemplándolo con asombro.

Se lo acercaba , lo daba vueltas, lo volvía a mirar...

Me intrigaba sabér qué era lo que lo ponía tan feliz, y sin pensarlo, salí a la calle, crucé y le dije: “ ¿Qué encontraste?”

 “Ropa nueva” ,me dijo. “El fin de semana mis hermanos vienen a buscarme para que viva nuevamente con ellos, pero no tenía nada limpio que ponerme, y acá encontré algo...”

Y corriendo, desapareció en la esquina.

Unos días después, ordenando algunos muebles en casa, decidí tirar una tonelada de hojas que guardaba hacía años. Eran carpetas escolares, de las cuales saqué solo los dibujos que valían la pena, y unos cuantos apuntes.

Llené una bolsa enorme y la llevé a la vereda. Un rato después, una mujer revisaba la bolsa y trata de levantarla, me asomé y le dije ,que era pesada, y podía romperse. Me respondió: “No importa, la llevo como sea, y le agradezco, a mi hijo le sirven porque las vende”.

La seguí hasta la esquina, y la vi entrar en la casa desvencijada de la vuelta. ¿Su hijo?

Esa mujer no parecía ser la madre del duende, parecía demasiado joven para eso. Me quedé pensando en eso casi , y decidí averiguar. La curiosidad no es uno de mis defectos, pero en este caso pudo más que yo.

Me dijeron que el nombre del personaje alto y delgado era Antonio, y que la anciana que veía llegar con frecuencia era su madre, pero nadie sabía quien era esa mujer que había aparecido de repente.

Siguiendo a mi instinto, a esta altura ya no podía quedarme con suposiciones, y descubrí que ella era una de sus hermanas, que lo había venido a buscar para llevarlo con ella.

Nunca más se separaron, vivieron en la casa desvencijada muchos años más, hasta que un cartel de venta asegurado precariamente, nos advirtió que tendríamos nuevos vecinos.

A ellos los habían llevado a vivir juntos, a la casa de salud que estaba del otro lado de las vías.

 

Currículum  literario

Nacida en San Martín, Buenos Aires, Argentina

 el 11 de septiembre de 1963                                              

Profesora de Inglés

Escritora                                                                              

 

Seleccionada para

Antologías:  V Certamen Internacional Gustavo A Bécquer- 1998 ;

Certamen de Poesía Internacional  Bilingüe 1999 ;

Daga Editorial- 2000;

Literaria 2000 -Ed Nubla

Instituto Cultural Latinoamericano- Junín-2006 y Enero 2008

 

 

Premios

Mención del Jurado Conc. Nac. de Narrativa V. Tuerto 2000

2da Mención especial del jurado-Primavera 2000- Radio Local Saenz Peña- Buenos Aires

Octava Mención Conc. Nac. de poesía “Lectura Virtual 2001”Café Montserrat -Buenos Aires

Destacada intervención  Conc. Literario “El arte en septiembre Jardín 18 - 2002

Mención de Honor –Concurso Nac. de Narrativa “Día de la Madre”-Municipalidad de V. Tuerto -2005

Mención de Honor- Historia Real- Centro Colegiales-2005

Sexto premio Concurso de Narrativa 50 y 25 palabras

Municipalidad de Venado Tuerto-Sta Fe- Junio2006

Mención de Honor- Soc. de Escritores de S Martín. Juegos Florales Bossio 2007

Tercer Premio- Concurso Nac. de Narrativa “Historia de una mujer”- Municipalidad de V.Tuerto- 2007

Premiada para integrar Antología Editorial Dunken- 2007

Seleccionada para el libro “Ser abuelos”. Ed. Literan-do-España-2008

Segunda Mencion – XVII Certamen Nacional de Poesia y IV de Narrativa Año 2008- Avatares y los Poetas del encuentro- Villa Ballester –Buenos Aires- Obra: “La china”

Primera Mencion- Soc. de Escritores de San Martin- Juegos Florales 2008 Jorge Bossio

Certamen Internacional de Cuento y Poesia Junin Pais 2008 -Diploma de Honor- “La china”

 

Publicaciones

Antología Red Literaria – Escritores Arg. Fin de Siglo- 1999- Córdoba

Antología Nuevo Milenio – 2000

Antología Atardecer Sereno- Centro de Estudios Poéticos-Madrid- 2001

 

Colaboradora en las páginas web:

es.geocities.com/ciberconsultores-Perú-2005

 www.pensamientosrománticos.com- 2006 

www.artesaniasliterarias-Israel- Jun07

www.revistapoeta.com (blogspot)- Febrero y Abril 2008

 

Antología Literaria “Vuelo Intimo” - Edit. Dunken 2007

 

Segunda Mencion – XVII Certamen Nacional de Poesia y IV de Narrativa Año 2008- Avatares y los Poetas del encuentro- Villa Ballester –Buenos Aires

 

V Concurso Internacional de poesia y narrativa

Instituto  Cultural Latinoamericano-Junin-  Mayo 2008-Publicacion de cuento

 

Publicación en el libro “Ser abuelos” Edit. Literan-do-España 2008-08-19

 

Revista SESAM Julio 2008

 

Publicación de cuento “El angel blanco”  www.ddooss.com  Asoc. Amigos del arte y la cultura de Valladolid-

 

 

 

Seminarios

Becada en el Taller literario Dalmiro Saenz y Sergio Korz- Argentina Julio 2000- Librerías Yenny

 

I Seminario de Narrativa y su monitoreo- Julio 2007- Prof. Agustín Romano (Presidente Sociedad de Escritores de San Martín)

Museo Juan M de Rosas- Secretaría de Cultura Municipalidad de Gral. San Martín

 

Narrativa- Prof. Hector Zabala -Museo Juan M de Rosas-Secretaria de Cultura Municipalidad de Gral San Martín- Agosto 2007

 

Desde  2007

Socia de la Sociedad de Escritores de San Martín (SESAM)

 

1 comentario

ALFREDO -

Muy lindo cuento...Debido a la falta de material, vamos a postergar el concurso hasta el marzo próximo