Rubén Adolfo Ingenieri dice: "Yo nací con alas, no me ato a nada, nadie me puede atar..."
Rubén Ingenieri es de Mataderos pero su alma está en Quilmes, en su casa de botellas, hecha con botellas donadas por visitantes, amigos y la Municipalidad de Quilmes. Es un suave provocador, pero en su voz, en su manera de ser, en su mirada y en sus manos subyace un enorme amor por su bella, insólita creación..
Comenta de su casa de botellas: "Siempre quise que mi casa fuera distinta a las otras. No cuento con medios pero sí con creatividad y la suficiente fuerza como para poder realizarla. Aquí aplico el concepto que manejo corno escultor, que es el respeto por la materia, a través de la estética y un buen manejo técnico, enaltecer el material para convertir un hierro o una chapa herrumbrada en algo bello y sensible."
El periodista entra al living por la sólida y tallada puerta de hierro y le dice a Rubén: ¡hablemos de su casa!
--Siempre quise que mi casa fuera distinta a las otras, no cuento con medios, pero sí con creatividad y la suficiente fuerza como para poder realizarla, aquí aplico el concepto que manejo corno escultor, que es el respeto por la materia, a través de la estética y un buen manejo técnico, enaltecer el material para convertir un hierro o una chapa herrumbrada en algo bello y sensible. Esta casa, que ya tiene en sus paredes 32.000 botellas en vez de ladrillos, no es la primera un tanto extraña, tuve otra donde termina el asfalto del río, allá por donde están los botes de los pescadores, era en la copa de un árbol, allí armé una casilla muy linda de cuatro por cuatro y viví bastante tiempo, tenía luz a batería, mi tocadiscos y radio, junto con mis herramientas.
--Su concepto artístico es muy particular...
--Soy un tipo distinto, pero hago lo mismo que los demás: voy al baño, como, me enojo, puteo, miento…¡qué sé yo! Hago todas las cosas que hace cualquier persona. No hay nada nuevo, aunque haya inventado un mundo interior. Mi madre, Maria Echebeste, me transmitió el gusto por la música clásica y la literatura universal. También admiro a Antonin Artaud, Celedonio Flores, el flaco Spinetta, Rimbaud y Wagner. Soy socialista, soy como la obra que hago que tiene un gran contenido y sentido social, pero cuidado, describo el medio ambiente que me rodea, no me van las ideas y conceptos foráneos que nada tienen que ver con mi realidad, el en-torno natural y condición cultural de mi pueblo.
Ingenieri habla a veces como poeta, pero además se expresa con gran claridad:
--El no tener prejuicios con materiales de desecho, e intentar elevarlos a través del arte en la consideración valorativa, hace que me considere un artista social y bueno, ese es mi estilo de vida. Yo no milito en ningún partido político pero pienso así.
--¿Hablan las botellas?
--Mi casa me avisa cuando hay sudestada... es sencillo, como los picos de las botellas están hacia afuera y sin encorchar, el viento del sudeste penetra en ellas y al salir produce unas melodías tenues y bellas que me avisan que se viene el agua y que tengo que salir de aquí.
--De todos modos has hecho un esfuerzo enorme…
--Sí, mucho esfuerzo, dinero, todo es esfuerzo.
--Haz puesto mucho de sí en su casa.
--Sí, como pasión, como algo erótico, está bien porque toda mi pasión la tengo aquí en esta casa. Acá está mi esperma.. No está en otro lado. Está aquí...Mi madre, Maria Echebeste, me transmitió el gusto por la música clásica y la literatura universal. También admiro a Antonin Artaud, Celedonio Flores, el flaco Spinetta, Rimbaud y Wagner.Tengo cuatro hijos a los que quiero mucho Vanesa, Gisell, Gastón y Anyí…. mis animalitos.
--¿Cuántos años tiene usted Adolfo?
--Tengo 54.
--¿Y sus amores?
--Mis amores no fueron muchos. Si contamos cuatro estaría suficiente. ¿Sabe una cosa? El amor no existe. Existe la gran contención. No me he enamorado. Para mi el amor es esto, mi casa. Mi amor pasa por otra veta. Mi mujer es así como es y está bien. Cuando la gente dice: “ellos están enamorados” son palabras peligrosas. Pasa que en lo que llaman las relaciones de amor las personas se adueñan de la otra persona. Y yo no soy dueño de nadie. Para mí la gente es libre, puede ir y puede venir. Convivir, he convivido con cuatro personas, ahora con la última. Yo no soy ninguna belleza…
--Depende…hay tantos conceptos de belleza…
--Y, para mí la belleza es interior. Mucha gente piensa que la belleza es exterior. Usted viene mi casa de botellas, entra y ve que es otro mundo. Pasa lo mismo con los seres humanos. Yo tengo esta cara, esta figura, pero adentro tal vez soy muy distinto. El exterior es repetitivo, como una ventana, un par de zapatos. He sido también mochilero, fui al sur, a Bolivia, muchas experiencias…Muchos artistas participan en muestras..A menudo me preguntan por qué no expongo. Pero en las muestras alguien siempre gana, es la competencia, pero para mí el gran premio es el público que viene hacia uno, hacia mí para decir lo que piensan de lo que he hecho. Es por eso que esta casa no tiene portón, es una casa abierta.
--Alguna historia...
--Hay fantasmas aquí pero son fantasmas buenos, que me acompañan en la soledad. Cuando hay sudestada, estamos a dos cuadras del río, y el viento sopla a 40 o 50 kilómetros por hora, las botellas comienzan a silbar, es el alma que silba. La casa habla, canta, tiene espíritu.
--¿Espíritu?
--Yo nací con alas, no me ato a nada, nadie me puede atar, ni me ato ni ato a la gente. Un amigo me dijo cuando le hablé sobre mi casa: Si tu casa es de botellas ¿dónde está?. Lo dijo de mala manera, entonces le dije mirándolo a los ojos: ¡usted está totalmente enfermo!. ¿Mi casa está acá, adentro, mis ojos están cerrados, cuando los abra voy a ver mi casa. Y pasó un tiempo sin verlo. Un día aparece por mi casa y me llama. Le hago pasar y le digo ¡qué tal! Me dijo: ¡hiciste la casa de botellas!. Yo le dije si usted abre los ojos vas a ver a mi casa.
--¿Si su casa fuera un cuento, o un argumento para una película, cuál sería la historia?
--¡Una lluvia de LCD! Por las formas, los colores…no creo en el fracaso…yo rompí con todas las estructuras…sin creer en díos, sino en el trabajo, bueno, en dioses sí, he trabajado y he hecho esta casa con estas manos. En esta casa se permite todo, está hecha para abrir la mente. Una casa de botellas se carga como con pilas.
Contactos:
Teléfono: 4224-4523 (Quilmes, Argentina)
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