"Dalí y Lorca," un espectáculo muy logrado en Liberarte
André Breton entendía el surrealismo como un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, sin preocuparse demasiado de la estética o moral. Coincidió históricamente con los graves conflictos ideológicos y militares que ardían en Europa a principios y medianos del siglo veinte. En el espectáculo “Dali y Lorca,”que se presenta en el teatro Liberarte de Buenos Aires, el autor y actor Rolo Sosiuk ha creado con maestría la nunca esclarecida relación de amor entre el pintor Salvador Dalí y el escritor Federico García, una relación salpicada de pasión, celos y rechazo. La pieza cuenta con la impecable dirección de Carlos Rapolla.
Rolo está en el escenario pintando; su parecido físico es llamativamente similar al extravagante artista. Dice: “estoy enredado en mi cuerpo.” Describe su encuentro con Federico Lorca (Julio Chiarazo) en 1922, en la Residencia de Estudiantes; los dos exteriorizan su admiración mutua, su amor surrealista por las formas, por las letras, por la libertad expresiva. Lorca, de un carácter más humilde, más sensible, le dice a Salvador, “tus formas se mesclan con mis palabras.”
Es cierto. Uno de los aspectos fascinantes del surrealismo fue la saludable falta de respeto por las reglas y los límites preestablecidos. Dalí no tenía empacho en decir que buscaba la fama, el reconocimiento, el aliento de su ego. Anuncia Salvador que irá a París. “¿y yo?” pregunta Federico. “Nada,” contesta el artista. En realidad, no fue tan así porque ni Salvador ni Federico podrían ocultar el amor fuerte y abarcador y la admiración mutua que los unía.
Pero siete años después, orgulloso de haber sido admirado por los más renombrados artistas y personalidades del momento, Dalí vuelve a España, cambiado, coqueteando con las ideas fascistas, en tanto Lorca seguía firme a su compromiso con su pueblo, Granada, firme en su rechazo visceral hacia el dictador Franco. Dalí propone subir al caballo del momento, sus ideas parecían cada vez más confusas y contradictorias; Federico anuncia su determinación de volver a Granada, dice que quiere volver a su tierra aunque tenga que morir, porque no puede escribir fuera de su pueblo.
Las fuerzas franquistas lo capturan y lo fusilan. Más allá de su exuberante exhibición de ideas extravagantes, y su aparente falta de sensibilidad social, Salvador se deshace en llanto cuando escucha la noticia sobre la muerte del hombre que había amado con tanta pasión y locura. No se sabe si el amor de los dos hombres incluyó el aspecto carnal.
Es un espectáculo visualmente atractivo que logra capturar momentos profundos en la relación entre Dalí y Lorca, sazonado a través de un compromiso actoral bien acorde con la situación planteada.
Viernes 4 de enero 21:30 hs |
3 comentarios
juan pablo -
martin sandor -
CECILIA COLODRER -