Alicia Bonet: "¿Quién dio la orden, y por qué, de fusilar dos veces a mi marido?"

              En una carta abierta a los responsables de la masacre de presos políticos el 22 de agosto en el penal de Trelew, Argentina, Alicia Bonet, viuda de Rubén Bonet, uno de los fusilados, pregunta:

         "¿Quién dio la orden, y por qué, de fusilar dos veces a mi marido?"

        La carta, publicada el 12 de marzo en el diario Página 12, se dirige a "los que programaron, decidieron, ejecutaron, fueron actores directos o cómplices de la masacre de Trelew."

        Continúa:

        "Los presos de Rawson, cuando organizaron la fuga del penal, estaban con las armas que fueron recuperando a medida que iban tomando el penal. Con esas armas, el grupo de 19 que queda en el aeropuerto de Trelew hizo un acuerdo con ustedes para rendirse...Ellos depositan sus armas y ustedes los traicionan con sus órdenes: en vez de reintegrarlos al Penal de Rawson, los llevan a la Base Almirante Zar.

         "Cuando nosotros los familiares fuimos a Rawson y a Trelew, el 15, 16 y 17 de agosto de 1972 tocando todas las puertas para que nos permitieran llevarles comida, ropa, medicamentos, usted dieron la orden de apresarnos. Llovieron las amenazas y meses o años después ustedes mataron a gran parte de los familiares y los abogados de Trelew."

          El uso de "ustedes" se refiere al aparato militar-represivo de aquel entonces, que luego tomó más fuerza con el golpe de 1976, que dejo aproximadamente 30.000 personas desaparecidas.

         "Nosotros sabíamos, el 22 de agosto, que era imposible fugarse de la Base, en medio del desierto patagónico, rodeado de cientos de usteds con todo tipo de armamentos. Por ese convencimiento fue que inmediatamente exigí que abrieran el cajón para reconocer si era Rubén, y su cuerpo con cada detalle de lo que vi me acompaña como una fotografía que no se puso amarailla con los años. Era mi esposo, tenía balas y hematomas en diferentes partes del cuerpo, pero además, y sobre todo, tenía la cabeza destrozada."

        Una semana después en Capital Federal el juez ordenó la autopsia: las heridas de bala en el cuerpo no eran mortrales, pero el tiro de la cabeza es dado en posición horizontal a poca distancia, con arma de fuerte calibre que entró por la oreja y salió por la cebeza. Fue el tiro mortal.

       Los tres sobrevivientes, Haidar, Camps y Berger, hicieron una declaración sobre el caso ante familiares, jueces y abogados, alegando que:

         "Cambiaron la guardia ese día, nos levantaron a las 3 de la madrugada entre gritos e insultos, nos hicieron salir de las pequeñas celdas enfrentadas y desde el frente del pasillo comenzaron a ametrallarnos, los que estaban en las primeras celdas murieron en el acto, los que estábamos lmás lejos nos tiramos al suelo y esperamos, conteniendo la respiración, escuchamos el cese de los tiros y después pasaron celda por celda y nos tiraron con el arma que tenían en sus cinturones a quemarropa. Nunca pensaron que podía quedar alguno vivo."

           Según Alicia "ustedes mataron e hicieron desaparecer a los tres sobrevivientes de la masacre de Trelew, unos años después, cuestión de borrar cualquier intento de que la verdad de sus actos trascendiera."

          De todos modos, el caso ahora está en manos de la justicia argentina.

          Alicia concluye: "Morir moriremos todos, pero nos diferencia el orgullo que tenemos y que continuamos transmitiendo de generación en generación por haber tenido un familiar al que ustedes mataron por querer un país más justo y libre y solidario."