Mariana C. Fassi analiza la situación social y política en Paraguay
Aunque alguna vez fuera uno de los países más avanzados de América del Sur, la información sobre Paraguay es limitada y no muy confiable. La escritora y politóloga argentina Mariana Fassi, mediante frecuentes viajes y meticulosos estudios, ha presentado recientemente un libro, “Paraguay en su laberinto,” que intenta esclarecer muchas dudas y confusiones sobre el país.
“La distribución de la tierra es la más injusta de Latinoamérica,” dice. “De acuerdo al censo agropecuario de 2008, el 2,5 por ciento de las explotaciones de más de 500 hectáreas controlan el 85% por ciento de la superficie total destinada a la producción agropecuaria.”
Es todavía un país dominado por la actividad rural, pero en el campo se observa dos modelos de producción bien diferenciados. Por un lado el modo campesino, abarcando aproximadamente la mitad de la población, centrado básicamente en la producción de alimentos y cría de ganado. Por el otro lado, está el modelo productivista de los agro negocios:
“Mientras los campesinos en la actualidad se ven cada vez más imposibilitados de aplicar su modelo de producción, lo que los lleva a la búsqueda de alternativas como la emigración, el campo es cada vez más rentable. En 2008 las exportaciones de soja representaron un monto de $1.400 millones de dólares. Ese dinero no tuvo ningún impacto social; quedó en manos de pocas personas y/o compañías, que usualmente lo canalizan hacia el extranjero.”
Además, como en Argentina, el negocio de la soja invade bosques naturales y obliga a campesinos y pueblos originarios a desplazarse hacia otras zonas o hacia los centros urbanos. En Argentina la enorme ganancia de la soja, según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTI), tiene como resultado la deforestación de alrededor de 550.000 acres de bosque cada año.
En Paraguay Fassi dice que los agro negocios avanzan incluso con más fuerza: “Dentro de los campos sojeros pueden advertirse cuantiosos guardias privados armados, quienes frecuentemente desafían a los moradores con tiros al aire durante la noche. Si sus métodos no son suficientes para frenar las quejas y movilizaciones colectivas, la impunidad con la que cuentan les permite organizar grupos paramilitares…Desalojos, destrucciones de cultivos, incendios de casas, tomas de locales de organizaciones campesinas, apresamientos masivos, torturas y asesinatos son una constante.”
“Son las multinacionales las que definen qué se produce, cómo se produce, quién lo produce, cómo se distribuye y cómo se tiene acceso a los productos,” afirma.
Los trabajadores agrícolas deben su origen a los pueblos originarios—tupí guaraníes, guaycurúes y mataco mataguayos. Durante las primeras décadas del siglo XIX, cuando Paraguay emergía como un país independiente y en proceso de desarrollo, este sector social se consolidaba con la tutela del estado. Pero entre 1814 y 1870, cuando Francisco Solano López fue muerto durante la guerra del la Triple Alianza, hubo gobiernos autoritarios y patrimoniales que concentraron el control estatal de los principales recursos del país. La guerra de Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay cortó un proceso de desarrollo relativamente independiente y hundió el país en una prolongada crisis miseria económica, política y social—de la cual recién hoy lucha por salir.
“Paraguay en su laberinto,” un libro con una meticulosa visión sobre la historia social y económica de Paraguay un detallado análisis de sus perspectivas actuales, impreso por Claves para Todos, http://www.editorialcapin.com.ar / info@capin.com.ar
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