"4.48 Psicosis," espectáculo desgarrador de Sarah Kane en el teatro El Espión de Buenos Aires
Antes de quitar su propia vida a los 28 años, la escritora británica Sarah Kane escribió una atormentada y desgarradora narración teatral que—mediante varias voces aparentemente sintetizadas en una sola—indaga profundamente sobre una crisis depresiva, utilizando una especie de collage de fragmentos, memorias, diálogos, chistes y paranoias hospitalarias.
En la puesta de 4.48 Psicosis montado por Rafael Garzaniti en el teatro El Espión de Buenos Aires, el personaje se desdobla en dos actrices, decisión que permite explorar hábilmente la intención de la autora de entrar en la mente depresiva mediante fragmentos en vez de emplear un argumento lineal.
Dice Garzaniti: “buceamos en el universo agrio de síntomas y signos que señalan el título del escrito-dramático 4.48 Psicosis, las horas y minutos del síndrome de abstinencia y aparente recuperación de un cuadro dependiente.”
Es un texto muy exigente. La obra de Kane incluye muy pocos señalamientos sobre cómo interpretarla. Es una tragedia dialéctica de una escritora que reconoce su creatividad y sin embargo no puede liberarse de la dispersión de la depresión aguda. Kane explora los límites recurriendo a fragmentos que funcionan como células de una propuesta que escava en la poesía, en una lucha de la protagonista de mantener su autonomía frente al impulso de quitarse la vida.
“Estoy triste y nada me satisface...no puedo escribir…no puedo coger…estoy gorda…nadie me toca…nadie me acerca…”, frases entrecortadas que nos hace reflexionar sobre la división entre la razón y la locura. También hay elementos raros, como los números (la hora 4.48 sería la hora de más suicidios).
Pero no se trata simplemente de un testamento de una persona a punto de matarse; está el proceso creativo, la añoranza por el amor sin condicionamientos,el deseo de recuperar la salud, el diálogo entre la autora y su obra, entre ella y el público, la estructura de un relato sobre la desintegración, la tensión y claridad de la protagonista en su momento más negro…
En la puesta de Garzaniti una actriz se viste de negro, otra en blanco, a un costado una enorme tela verde-azul. La actuación es muy acertada, precisa, convincente; las dos actrices se cumplimentan perfectamente. Pero hubiéramos querido una puesta sin la tela, con las frías paredes oscuras como único marco del espacio escénico.
Funciones: Viernes 23 horas en el Teatro El Espión, Sarandí 766, Ciudad de Buenos Aires
Reservas: 49436516.
Email: comunicarte.dif@gmail.com
siDirección: Rafael Garzaniti
Textos: Sarah Kane
Actrices: Giselle Glinka y Valeria Barone
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