"Terzo, una boda entre dos reinos," espectáculo de una estética inovadora basado en Ricardo III, en el teatro Espión
El arte teatral en sus muy variadas formas propone una aventura creativa, un juego ejecutado con palabras, imágenes, sonidos, sensaciones, desplazamientos, cuerpos que hablan, tensiones que buscan resoluciones, mutaciones, estéticas escénicas, conflictos que chocan, rebotan y se adaptan a realidades cambiantes y un público que participa a través de su empatía, comprensión, asombro y/o rechazo hacia las acciones realizadas en el escenario.
Es lo que sucede los sábados a las 21 horas en la puesta de “Terzo, una boda entre dos reinos,” en la sala del teatro El Espión, una versión libre del clásico Ricardo III de William Shakespeare y sobre el libro “Superposiciones” de Carmelo Bene-Gilles Deleuze, cuya frase “No hay más vida que aquella que conecta y hace converger entornos” precipitó el armado del espectáculo.
De acuerdo al director Eduardo Meneghelli, “Carmelo Bene propone una política extrema de la puesta en escena y entre otros, propicia la irrupción de elementos inesperados, formas de desagregación del poder lingüístico, extrema deformidad del cuerpo y su carácter monstruoso. Se propone la disrupción, el caos sensible como variación continua y la supresión de textos para encontrar nuevas formas expresivas.”
Al comienzo de la obra la puesta contrapone dos espacios actorales ocupados por dos parejas claramente diferenciadas; los espacios luego irán transformándose en algo así como espejos agitados cuyas superficies quedarán cada vez más turbadas.
El personaje de Ricardo III que sale de la pluma de Shakespeare es un hombre feo y jorobado, mutilado mental y emotivamente, lleno de envidia, ambición, que conspira para que su hermano, Jorge Clarence, que le precede como heredero al trono, sea recluido en la Torre de Londrés como sospechoso de asesinato. Y para cumplir sus ambiciones, pretende los favores de Lady Ana, la viuda de Eduardo de Lancaster, tras haber asesinado a su marido y a su padre.
Desde ese punto la obra de Shakespeare, entre las más largas de su autoría, se hunde en un mar de complicaciones y asesinatos, cada vez más dramáticas.
La puesta de Meneghelli, sin menospreciar el rico y poético texto, concentra en extremar la gestualidad de los actores—especialmente en el personaje de Ricardo—y aprovecha una banda sonora muy apropiada. Además, introduce un muy poderoso elemento escénico a través de la risa pasmosa y cortante de Lady Ana. Es una obra de una estética muy lograda que puede ser apreciada incluso por una persona que no entiende el español, ya que la riqueza de las acciones y las tensiones escénicas suplantan de alguna manera la comprensión profunda del texto.
TEATRO EL ESPIÓN
SARANDÍ 766 - C.A.B.A.
SÁBADOS 21 HS.
Reservas: 4943-6516
Intérpretés: Adrián Tórtora, Jennifer Dondi, Silvio Parapugna y Marilyn Petito
Música original: Matías Villarruel
Diseño de escenografía: Magali Acha
Realización de escenografía: Carlos Acosta
Diseños de luces: Magali Acha
Diseño y realización de vestuario: Mariana Arzola
Maquillaje: Ana Siniego
Fotografía: Abel Abadie
Ilustración: Alexis iseño gráfico: Luján Ochoa
Operadora de luces: Ana Siniego
Operador de sonido: Matías Villarruel
Dirección y puesta en escena: Eduardo Meneghelli
2 comentarios
Matías -
Miguel -
Teatro El Espión
http://www.teatro-el-espion.com.ar